Crónicas de un encierro involuntario

miércoles, 19 de abril de 2017

CREANDO UNA SOCIEDAD ADICTA




"Nada es tan desalentador como un esclavo satisfecho", según palabras de Ricardo Flores Magón. 
Una interesante reflexión para abrir un post sobre dependencias y esclavitudes a las que nos sometemos como humanos creando una falacia sobre nuestra propia libertad. 
Parece que cada vez más este es nuestro futuro como especie. Un futuro que probablemente amemos y que marcará nuestra vida sin remediarlo.

La sociedad en la que vivimos- cada vez más y a la velocidad de la luz- crea una sociedad dependiente que se va perfeccionando con el tiempo, negando sus adicciones y justificando alegremente su sumisión.
Martin Luther King veía con claridad las cadenas que subordinaban a sus semejantes, identificando y defendiendo derechos civiles con tesón y orgullo. Este hombre -como muchos otros comprometidos con la Humanidad- tomó conciencia de cuál era su situación y sabía perfectamente hacia dónde ir y cómo luchar. 
Lamentablemente, en la actualidad, los mecanismos sociales y tecnológicos que nos esclavizan, son cada vez menos explícitos, más sutiles, indeterminados y etéreos.
Los grilletes no están en nuestros pies sino en nuestros cerebros.
Nos hacemos esclavos alimentando adicciones y cambiando la forma en que nos sometemos. En muchas ocasiones, perdiendo nuestras diferencias y arrastrándonos supeditados a una masa colectiva indiferenciada. 
Y aceptamos lentamente mecernos ante tan efectivas sutilezas de sumisión.
Nos sometemos a creencias, costumbres, modas, doctrinas... que instauran programas mentales que condicionan nuestra forma de pensar y decidir en nuestra vida hasta anular nuestra voluntad.