Crónicas de un encierro involuntario

domingo, 26 de abril de 2020

42. Crónicas de un encierro involuntario.

42.


Cuando comenzó el confinamiento fue algo muy raro para mí, como si no estuviese pasando, y lo estoy viviendo como si estuviese en una pequeña burbuja de luz dorada, donde nada ni nadie puede dañarnos ni a mis hijos ni a mí.

Cada día, un nuevo comienzo, una página en blanco, un lienzo para pintar... ¿Qué haremos hoy? Las primeras semanas fueron maravillosas, pues no tenían deberes y mis peques y yo lo pasábamos genial dibujando, jugando, disfrazándonos y grabándonos... Pero desde hace ya tiempo que tienen deberes y con ellos, más mi trabajo, pues poco tiempo libre me queda. Pero seguimos estando bien, pues somos bastante hogareños, aunque echamos en falta los largos paseos cerca del río, y el poder abrazar al resto de mi gran familia, con la que cuento, esto me ha hecho estar tranquila y confiada aún siendo malos tiempos. Intento no verlo así, me rindo e intento disfrutar de este período de introspección.


Desde el principio del encierro, a las 20 horas salimos a aplaudir a nuestro pequeño balcón cerrado, los primeros días lloraba, no podía evitar la emoción de notar ese calor de nuestra sociedad, ese apoyo. Y enfrente de nuestra finca vi a un antiguo profesor mío de filosofía del instituto, sigue prácticamente igual, alto y delgado, era sarcástico, un poco cabroncete, pero me caía bien, me gustaban sus clases. Al verlo,  Platón volvió a mí, con su mito de la caverna, inevitable pensar que la actual sociedad es un grupo de prisioneros que creen y observan las sombras que otros proyectan, que creen lo que otros quieren que crean, qué será cierto y qué no…
Y yo sigo en mi caverna, mi hogar, mi castillo, intentando mantenernos en positividad, sembrando en mis hijos la idea de un mundo sensible, hablando con ellos de esta realidad, cierta o no, del sentido de la vida, el que nosotros le demos, y lo más importante de llenarla de Amor en todo lo que hagamos.

Quiero creer que todo pasa por algo, y para mí esto ha pasado para hacernos parar y serenarnos, escucharnos a nosotros mismos, reencontrarnos y amarnos.

Me despido con una frase que me gusta mucho, también de Platón :

“La libertad consiste en
ser dueños de la propia vida “


P.D.76

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Quieres dejar aquí tu opinión?