¡Hola a todos!
Hoy os traigo una experiencia personal de una persona muy valiente.
Una mujer que, cuando pensó que todo estaba perdido y no sabía qué hacer, pidió ayuda profesional, tomó las riendas de su vida y se enfocó en superarse a sí misma. Porque la vida está hecha para vivirla del mejor modo posibley no para consumirse en ella.
Aceptamos el dolor como parte de la vida, aunque aquel que puedas gestionar, probablemente te ayude a facilitártela cuando las experiencias se complican.
Un testimonio motivador el de Patricia, que no te dejará indiferente.
Si te mueve algo en tu interior, busca ayuda. Este es el momento.
La vida tiene muchas oportunidades.
¡Haz de la oportunidad tu posibilidad de cambio a mejor!
9. Quería contaros una breve historia de mi vida, de los últimos acontecimientos que han sucedido y que me han cambiado para siempre.
Hace
casi dos años descubrí que mi pareja, con la que llevaba casada casi veinte años, me
era infiel. A partir de ahí, mi mundo se desmoronó, vivía en una nebulosa,
estaba totalmente colapsada, me sentía incapaz de tomar decisiones. Él jamás dio su brazo a torcer, convencido de que
yo no daría ningún paso hacia adelante sola, al fin y al
cabo, yo era su enfermera, su secretaria, su administradora, su solucionadora
de cualquier problema……en definitiva,
estaba tan volcada en él, que debía pensar que así seguiría el resto de mi vida.

No
obstante, pronto me di cuenta que necesitaba ayuda profesional. Estaba agotada
del esfuerzo y me sentía en un “sitio oscuro” y “sentada en una silla “, sin
saber por dónde seguir.
Entonces
me vinieron todo tipo de sentimientos de culpa, de preocupación, de tristeza…..
mi familia me ayudaba todo lo que podía, pero no era suficiente, estábamos
desorientados.
Así
fue como acudí a Rosa. Yo nunca había ido a un profesional de la psicología, no
sabía cómo sería, cómo se trabajaría, y si me serviría de algo.
Desde
la primera sesión, salía de su consulta mucho más contenta de lo que entraba, pero tenía mucho camino
por delante. Al principio entendía lo que Rosa me explicaba, pero no conseguía
“comprenderlo de verdad”, no lo incorporaba a mí día a día. Era teoría sobre la que yo
trabajaba, pero poco más.
Quien
piense que ir a un psicólogo es sentarse en una silla y hablar, está
equivocado. Hay que trabajar mucho y cuesta, porque estás en una etapa muy
dolorosa y cualquier esfuerzo es titánico.
Pero
poco a poco,