Respondo a la invitación para compartir por qué
en un momento dado en nuestra vida puede ser necesario y positivo dejarnos
acompañar, orientar y ayudar por un profesional de la psicología.
A veces, suele costarnos dar ese paso, quizá
porque acudir al Psicólogo/a supone despojarnos
de un “halo” de aparente bienestar y seguridad en nosotros mismos que, aunque
no siempre es del todo real , hasta ese momento nos ha servido para irnos
defendiendo peor o mejor ante las
circunstancias de nuestras vidas.
Aceptar
en un momento dado que estamos realmente desorientados, o con falta de recursos,
o que no sabemos cómo ayudarnos o ayudar a un hijo, no es una tarea fácil, y
nos pide dar el paso de saber pedir ayuda.
¡ Y saber pedir ayuda puede resultar estupendo!
Pedir ayuda supone sentir y aceptar que tenemos
limitaciones, e irlas abriendo al
profesional que hemos elegido para que nos eche una mano; ya solo eso, a mí me
quitó un gran peso de encima.
Puede ocurrir, que en un momento de nuestras
vidas sintamos que lo que necesitamos no es un “puro desahogo” con un amigo o
un familiar (que también), sino un proceso de estructurar de nuevo las cosas,
de hablar sobre ellas con alguien que te devuelva una información objetiva, que te ayude a ir colocando las
cosas de nuevo en su sitio, a ir afrontando tu vida con más recursos
personales, y a recuperar la seguridad en tu propia persona y en tu valía.
Yo sólo puedo hablar de mi experiencia con Rosa,
pero sí creo que es muy importante dar con un buen profesional y compartir el
procedimiento con el que te va a ayudar a trabajar tu persona.
Entender lo que estás haciendo y no ser un
sujeto pasivo en tu crecimiento, sino ser una parte activa que tiene que hacer
su trabajo para llegar a sentirse mejor, me parece una parte muy positiva del
trabajo que realiza Rosa.
Con el acompañamiento del Psicólogo/a, vas
descubriendo aspectos de ti mismo que vas poniendo en práctica, u otros que te
va a beneficiar reestructurar y… ¡Hay que ponerse manos a la obra!
Son los hechos conseguidos los que te van
haciendo sentir que tú puedes, y es la psicóloga la persona y profesional con
la que contrastas los avances y con la que sigues trabajando las partes a
mejorar.
Desde que yo fui al Psicólogo, mi percepción de
por qué se puede necesitar ir al Psicólogo ha cambiado. Creo que es que yo
también he cambiado.
Acepto más fácilmente que aparezcan las zonas de
mi persona más vulnerables porque les tengo más cariño que antes, me aportan
humanidad y me permiten aceptar mejor las zonas vulnerables de los demás.
Sigo practicando aquellas cosas que aprendí con
Rosa que le venían bien a mi temperamento para sentirme mejor y las seguiré
practicando toooooooda mi vida.
¡Ánimo aquellos que estáis desorientados!
Toñi
Toñi
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