Os dais cuenta de la cantidad de información que bombardea los medios de comunicación dando cifras, números, datos sobre muerte, maltrato, abuso, desgracia...
¿Te has preguntado en algún momento qué cambian estas cifras en tu mundo? ¿Ha cambiado algo de tu entorno el hecho de saber a cuántas personas se ha matado este año?
Parece que por mucha información que se dé, solo es útil para alimentar la noticia sin mayor interés que el puramente dramático que poco sirve para sensibilizar y educar y mucho para "normalizar" y olvidar con rapidez.
El binomio "Víctima y Verdugo" sigue vendiendo y ocupando páginas en periódicos y tiempo en los informativos a diario. ¿Realmente se está invirtiendo tiempo y dinero en cambiar estas conductas aprendidas de nuestra sociedad? La víctima no existe sin el verdugo.
Bien es sabido que a lo largo de la historia, la forma en la que se gestionan la ley y el orden social, en la medida en que el poder protege o persigue y castiga se está construyendo estos conceptos.
Si estas conductas son aprendidas, se infiere que padres castigadores educaran víctimas que podrán convertirse en castigadoras de sus hijos, y así sucesivamente porque el maltrato se normaliza cuando se vive a diario entre las paredes de un hogar. El niño solo imitará una conducta u otra. En gran parte dependerá de su desarrollo y de su género, aunque a día de hoy sabemos que existen víctimas y verdugos de todas las edades, sexos, religión, ideas políticas...
¿Cuál es la condición que predispone a ser víctima? Que otro que te observa te vea débil y, además, se rodee de cobardes como él que eligen a ese "débil" llegado el caso. Parece que lo que más impera hoy en día en las relaciones es la ley del más fuerte. Pero esta fortaleza forzada solo encierra miedo. Miedo a ser descubierto en la propia cobardía, en la falta de seguridad personal, en la necesidad de reconocimiento y apoyo de un grupo que también tiene miedo a ser excluido y no formar parte de ese clan mediocre de temerosos asociados.
En un mar de exigencias es fácil confundirse en la necesidad del otro y la destrucción de uno mismo en pro de la obediencia y el sometimiento. Los que forman parte de este grupo que calla, otorga, que silencia sus percepciones y no habla de sus valores reales (¿tal vez porque no los tiene?) que se sienten incluidos sin voz mientras otros ejecutan. ¿Acaso no están estos verdugos siendo víctimas de sí mismos?
El verdugo muchas veces es considerado el fuerte, y es reforzado por ello porque quien se arrima a este tipo de persona se siente protegido erróneamente de caer en la desgracia de la víctima, manteniendo así la idea de que cualquier víctima es merecedora de castigo, perdedora de todos sus derechos, aislada de su valía frente a los demás jueces sociales - quienes se encargarán de consolidar esa percepción a lo largo de sus vidas con cada gesto cómplice-.
¿Somos víctimas? ¿Somos víctimas que desearán a pequeña escala convertirse en verdugos cuando encontremos a alguien más "débil" que la creencia que hayamos podido crear de nosotros mismos (poniendo como ejemplo a mi perro, mi pareja, mis hijos, mis palabras soberbias, mis actitudes verbales y no verbales hostiles lanzadas contra los demás...)?
Nuestra sociedad nada en un mar de creencias erróneas que falsean nuestra realidad y nos limitan a la hora de ver con transparencia nuestro yo personal y social. Por ejemplo, ideas del tipo: "la gente debe tratarme justamente y darme lo que necesite", "la gente debe cumplir mis expectativas", "es un tipo detestable", "de nada sirve decir las cosas porque nada cambia", "se nace con estrella o estrellado", "sufrir aquí será recompensado por Dios, el destino, el universo..."
El verdugo se retroalimenta de tu miedo y tu resignación (que no aceptación de tu propia historia) porque sin tu sumisión no existe. La víctima justifica su "castigo" resignándose y admitiendo aquello que no les gusta, poniéndose mil excusas en sus cabezas para no cambiar su situación. Lo peor es que muchas veces se refuerza a la víctima por su sufrimiento, su tolerancia, su comprensión, su sacrificio y toda su generosidad y amor, lo que hace más difícil que salgan de su propio abismo.
Algunas ideas para salir del papel de víctima:
- Recibir ayuda de otros para salir del círculo vicioso cuando ves que solo no es suficiente en un principio.
- Dejar de excusarse con el bienestar de otros y denunciar, hablar, manifestarse.
- Dejar de quejarse e idear soluciones. A la tercera queja, buscar una solución posible y ejecutarla en tu entorno inmediato. Cada gota hace un océano.
- Dejar de justificar al verdugo con su imagen benevolente y buenismo dirigido a otros. Esto no hace más que encontrar "buenas razones" para admitir el castigo. Nosotros no somos responsables de las acciones que deciden iniciar otros. Si no nos gusta, mejor seamos asertivos y expresemos.
- Dejar atrás creencias erróneas que nos atascan en el conformismo: "la vida es así". Hacer lo que queremos que sea, al menos, aquello que esté en nuestra mano.
- Dejar de pensar que alguien vendrá a "salvarme" y mover el cuerpo en la dirección que te saque de ahí. Yo soy mi mejor aliado y puedo salir de esta rueda.
- Reflexiona y relativiza sobre las consecuencias de quien ejerce el poder, los valores y las normas que recaen sobre ti.
- La víctima es inocente y los únicos responsables son quienes cometen las acciones. Aunque la víctima puede salir de esa posición, sin regodearse en la autocompasión.
- Cuestiónate la definición de los conceptos de bien/mal y a través de quién viene, para que la atribución de responsabilidad no sea arbitraria e injusta.
- La desigualdad en la distribución del poder, sitúa a quien menos poder tenga en una situación de mayor vulnerabilidad. Empodérate. Respétate. Valídate.
- Educa en la prevención, la convivencia armónica y la igualdad.
* * *
"La libertad no es nada más que una oportunidad para ser mejor"
Albert Camus
* * *
"El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad"
Víctor Hugo
* * *
"El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos y no para ser gobernados por los demás"
Herbert Spencer
***
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Quieres dejar aquí tu opinión?