¡Hola a todos! Hoy os dejo con un tema candente y cada vez más habitual, normalizado a edades más tempranas. Esta entrevista la hice para el periódico ABC con Carlota Fominaya al frente.
Para aquellos que tenéis hijos en la edad de ser erotizados desde la más tierna infancia, este artículo puede ser de vuestro mayor interés.
¡Saludos!
Los peligros de las «lolitas» en redes sociales.
Se visten, se maquillan y posan de forma sugerente en esta y otras redes sociales cuando aún son unas niñas.
«Las niñas actualmente se hacen fotos como putas».
La frase, pronunciada hace unas semanas por el Juez de Menores Emilio
Calatayud, generó un intenso debate en los medios de comunicación. El
letrado, conocido por sus sentencias ejemplarizantes, se excusaba por la
dureza del lenguaje, para aclarar después que con esto solo «intentaba
advertir así sobre los peligros de las redes sociales para menores», una
realidad que él ve a diario en su juzgado, y con la que busca «provocar
una reacción en los padres para que protejan a los menores de sí
mismos».
Para el catedrático de Psicología de la Sexualidad de la Universidad de Salamanca (USAL) Félix López Sánchez, este juez «tiene toda la razón del mundo» y el problema, que los expertos definen como «la sexualización de las expresiones, posturas o códigos de vestimenta considerados como demasiado precoces»,
es cada vez más evidente. Implica a ambos sexos, pero «es verdad que
afecta más a las niñas, porque también con ellas se es sexista: inician
el camino de la mujer objeto. Pero también pasa con los varones». Su
advertencia es que «estamos dejando a los niños sin infancia».
Sociedad de mercado
La educadora Nora Rodríguez, autora del libro «Atrévete a hablar de sexo con tu hijo»,
marca este fenómeno en el entorno de los 10 años, donde ella detecta
una hipersexualización «horrorosa», agravada por el acceso a los
móviles, suyos o de sus progenitores. A esta edad, especifica Rosa
Collado, psicóloga experta en Sexología y Psicoterapia Integradora del Centro de Psicología Álava Reyes,
«estamos viendo en consulta niñas con los problemas que derivan de
tener prisa por crecer y ser lo que no son, porque limitan la
construcción de su autoestima en elementos puramente estéticos».
El
origen de esta hipersexualización de las menores, «que por edad no
están ni emocional ni psicológicamente preparadas», remarca Collado, hay
que buscarlo, indica Nora Rodríguez «en una sociedad de mercado, que
pone el foco en el cuerpo como objeto de consumo destinado a atraer al
consumidor, donde hay que ser capaz de gustar y seducir. «Las
pequeñas aprenden desde su más tierna infancia a verse como objetos, y
su calidad como persona es valorada en función de su atractivo físico y
sexual, en lugar de por sus capacidades y aptitudes. La familia
—insiste—, es la única que puede frenar la invasión de mensajes ante
una infancia cada vez más vulnerable, más sola y que cada vez pasa más
horas frente a la televisión y las pantallas».
Porque la era
visual en la que vivimos parece ser clave, al servir de altavoz de estos
comportamientos. Internet, concreta María Contreras, psicóloga
especialista en Sexología Clínica y una de las autoras del libro «Neuropsicología de la Sexualidad», es
el medio para que el menor o adolescente «suba» a la red fotos de
posturas sugerentes o alto contenido sexual con el fin de «conseguir
popularidad, confianza y seguridad... Cree que lo conseguirá
porque el entorno mediático y social les presenta esto como normal».
«Buscan una mayor aceptación por parte del grupo, normalmente por
presión de otros adolescentes por ganar popularidad. Las fotos van
acompañadas de los famosos “Me Gusta”. Cuantos más reciba una chica o un
chico (que también les afecta, aunque es verdad que en menor medida),
mayor creen que es su fama».
Superficialidad
Lo
que ocurre aquí, prosigue esta experta, «es que con tal de ganar
popularidad, la menor trata de responder a lo que cree que es deseable
entre la juventud: exaltar sus rasgos femeninos y físicos como forma de
llamar la atención». La chica, explica esta psicóloga, «trata de
sentirse segura a través de las recomendaciones, los “Me Gusta”, y los
comentarios que hacen sus amigos. Su físico es la manera de llamar la
atención, con lo que se refuerza que lo bello y atractivo es bueno.
Estas conductas son superficiales y lo único que hacen es transmitir que
para tener éxito en la vida tienes que provocar, ser mona y mostrarte
sugerente, lo que dista mucho de que lo ideal es tener éxito a través de
la perseverancia, el esfuerzo y el trabajo».
Lo más importante,
resalta Rosa Collado, es que los padres «al ser modelos directos para
sus hijos, sean conscientes de la existencia de estos modelos
hipersexualizados y ofrezcan alternativas diferentes a ese patrón para
que las opciones de las niñas sean menos limitadas». Lo corrobora el
catedrático de Psicología de la Sexualidad de la USAL, para quien los
progenitores «deben ser buenos ejemplos en este tema. Por eso deberían hablar abierta y críticamente de esto».
De la misma opinión es Nora Rodríguez, para quien «todo esto se frena
acompañando como padres el desarrollo de la sexualidad por etapas, y reforzando la comunicación en este sentido».
En
la escuela, propone Félix López Sánchez, «existe la necesidad de
incluir la ética sexual y amorosa en la educación sexual». También,
continua, «hacer reeducación del consumo, enseñándoles lo que es la
publicidad, el mundo de la imagen y el tratamiento y la sexualidad en
los medios, casi siempre utilizada para captar público». «Las
televisiones, salvo excepciones —prosigue este profesor universitario—,
son peor que un desastre en este sentido. Usan la sexualidad para llamar
la atención, venden y compran intimidad, ofrecen contenidos adultos en
horarios inadecuados... Y muchos menores tienen distintas pantallas en
su habitación».
Publicidad
Es
cierto que el visionado de modelos sociales y de cierta publicidad
puede estar también detrás de estas conductas que «queman horas de
infancia de nuestros hijos», reconoce Rodrigo Ron, fundador y CEO de El Chupete, «pero también puede ser la solución».
En este sentido para Ron vuelve a cobrar vital importancia el papel de
los padres. «Es muy importante, por ejemplo, que estos dominen las
franjas de edad de los juguetes o de los programas televisivos
infantiles para niños. Parece que no tiene importancia pero los
contenidos para un niño de ocho años no son los mismos que para uno de
cuatro». «Está en nuestras manos preservar la niñez de nuestros hijos.
Lo que no podemos ser, —concluye—, es cómplices de este universo
silencioso».
Lo que los padres pueden hacer en casa
1. Evitar tratar a las hijas como pequeñas adultas, por ejemplo introduciendo nuevos con elementos de estética desde edades tempranas.
2. No cargar sobre las espaldas de la niña la necesidad de tener una imagen para «gustar» y agradar es la clave.
3. Romper con la idea de que para ser una mujer es necesario ser ante todo bellas, dulces y dóciles, porque de lo contrario nadie las querrá.
4. Mostrarle que no es necesario ganarse el afecto y reconocimiento a través del aspecto y de actitudes falsamente «femeninas».
5. Valorar habilidades, inteligencia, creatividad, modos de interaccionar con los demás, más que aspectos externos.
6. Entender que hay una gran diferencia a que juegue con el maquillaje
de la mamá pero no que viva preocupada por cómo se ve, o si está
bonita. Todas las niñas lo son. No necesitan más que su alegría.
Del libro «Atrévete a hablar de sexo con tu hijo» (B), de la educadora, escritora y ensayista Nora Rodríguez.
http://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-peligros-lolitas-redes-sociales-201710172110_noticia.html
Para el catedrático de Psicología de la Sexualidad de la Universidad de Salamanca (USAL) Félix López Sánchez, este juez «tiene toda la razón del mundo» y el problema, que los expertos definen como «la sexualización de las expresiones, posturas o códigos de vestimenta considerados como demasiado precoces», es cada vez más evidente. Implica a ambos sexos, pero «es verdad que afecta más a las niñas, porque también con ellas se es sexista: inician el camino de la mujer objeto. Pero también pasa con los varones». Su advertencia es que «estamos dejando a los niños sin infancia».
Sociedad de mercado
La educadora Nora Rodríguez, autora del libro «Atrévete a hablar de sexo con tu hijo», marca este fenómeno en el entorno de los 10 años, donde ella detecta una hipersexualización «horrorosa», agravada por el acceso a los móviles, suyos o de sus progenitores. A esta edad, especifica Rosa Collado, psicóloga experta en Sexología y Psicoterapia Integradora del Centro de Psicología Álava Reyes, «estamos viendo en consulta niñas con los problemas que derivan de tener prisa por crecer y ser lo que no son, porque limitan la construcción de su autoestima en elementos puramente estéticos».El origen de esta hipersexualización de las menores, «que por edad no están ni emocional ni psicológicamente preparadas», remarca Collado, hay que buscarlo, indica Nora Rodríguez «en una sociedad de mercado, que pone el foco en el cuerpo como objeto de consumo destinado a atraer al consumidor, donde hay que ser capaz de gustar y seducir. «Las pequeñas aprenden desde su más tierna infancia a verse como objetos, y su calidad como persona es valorada en función de su atractivo físico y sexual, en lugar de por sus capacidades y aptitudes. La familia —insiste—, es la única que puede frenar la invasión de mensajes ante una infancia cada vez más vulnerable, más sola y que cada vez pasa más horas frente a la televisión y las pantallas».
Porque la era visual en la que vivimos parece ser clave, al servir de altavoz de estos comportamientos. Internet, concreta María Contreras, psicóloga especialista en Sexología Clínica y una de las autoras del libro «Neuropsicología de la Sexualidad», es el medio para que el menor o adolescente «suba» a la red fotos de posturas sugerentes o alto contenido sexual con el fin de «conseguir popularidad, confianza y seguridad... Cree que lo conseguirá porque el entorno mediático y social les presenta esto como normal». «Buscan una mayor aceptación por parte del grupo, normalmente por presión de otros adolescentes por ganar popularidad. Las fotos van acompañadas de los famosos “Me Gusta”. Cuantos más reciba una chica o un chico (que también les afecta, aunque es verdad que en menor medida), mayor creen que es su fama».
Superficialidad
Lo que ocurre aquí, prosigue esta experta, «es que con tal de ganar popularidad, la menor trata de responder a lo que cree que es deseable entre la juventud: exaltar sus rasgos femeninos y físicos como forma de llamar la atención». La chica, explica esta psicóloga, «trata de sentirse segura a través de las recomendaciones, los “Me Gusta”, y los comentarios que hacen sus amigos. Su físico es la manera de llamar la atención, con lo que se refuerza que lo bello y atractivo es bueno. Estas conductas son superficiales y lo único que hacen es transmitir que para tener éxito en la vida tienes que provocar, ser mona y mostrarte sugerente, lo que dista mucho de que lo ideal es tener éxito a través de la perseverancia, el esfuerzo y el trabajo».Lo más importante, resalta Rosa Collado, es que los padres «al ser modelos directos para sus hijos, sean conscientes de la existencia de estos modelos hipersexualizados y ofrezcan alternativas diferentes a ese patrón para que las opciones de las niñas sean menos limitadas». Lo corrobora el catedrático de Psicología de la Sexualidad de la USAL, para quien los progenitores «deben ser buenos ejemplos en este tema. Por eso deberían hablar abierta y críticamente de esto». De la misma opinión es Nora Rodríguez, para quien «todo esto se frena acompañando como padres el desarrollo de la sexualidad por etapas, y reforzando la comunicación en este sentido».
En la escuela, propone Félix López Sánchez, «existe la necesidad de incluir la ética sexual y amorosa en la educación sexual». También, continua, «hacer reeducación del consumo, enseñándoles lo que es la publicidad, el mundo de la imagen y el tratamiento y la sexualidad en los medios, casi siempre utilizada para captar público». «Las televisiones, salvo excepciones —prosigue este profesor universitario—, son peor que un desastre en este sentido. Usan la sexualidad para llamar la atención, venden y compran intimidad, ofrecen contenidos adultos en horarios inadecuados... Y muchos menores tienen distintas pantallas en su habitación».
Publicidad
Es cierto que el visionado de modelos sociales y de cierta publicidad puede estar también detrás de estas conductas que «queman horas de infancia de nuestros hijos», reconoce Rodrigo Ron, fundador y CEO de El Chupete, «pero también puede ser la solución». En este sentido para Ron vuelve a cobrar vital importancia el papel de los padres. «Es muy importante, por ejemplo, que estos dominen las franjas de edad de los juguetes o de los programas televisivos infantiles para niños. Parece que no tiene importancia pero los contenidos para un niño de ocho años no son los mismos que para uno de cuatro». «Está en nuestras manos preservar la niñez de nuestros hijos. Lo que no podemos ser, —concluye—, es cómplices de este universo silencioso».Lo que los padres pueden hacer en casa
1. Evitar tratar a las hijas como pequeñas adultas, por ejemplo introduciendo nuevos con elementos de estética desde edades tempranas.2. No cargar sobre las espaldas de la niña la necesidad de tener una imagen para «gustar» y agradar es la clave.
3. Romper con la idea de que para ser una mujer es necesario ser ante todo bellas, dulces y dóciles, porque de lo contrario nadie las querrá.
4. Mostrarle que no es necesario ganarse el afecto y reconocimiento a través del aspecto y de actitudes falsamente «femeninas».
5. Valorar habilidades, inteligencia, creatividad, modos de interaccionar con los demás, más que aspectos externos.
6. Entender que hay una gran diferencia a que juegue con el maquillaje de la mamá pero no que viva preocupada por cómo se ve, o si está bonita. Todas las niñas lo son. No necesitan más que su alegría.
Del libro «Atrévete a hablar de sexo con tu hijo» (B), de la educadora, escritora y ensayista Nora Rodríguez.
http://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-peligros-lolitas-redes-sociales-201710172110_noticia.html
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