SEXISMO Y VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA PUBLICIDAD

La publicidad tiene como función principal vender productos a posibles compradores a los que previamente se les ha generado una necesidad. La necesidad de poseer lo que se vende, además, puede estar tintado  por el uso de estereotipos.

La publicicdad escapa al control social y está pensada para que cale en lo más profundo de las emociones. Contiene notas de humor, transmite dolor y aflige los corazones provacando pena y en general capta de algún modo la sensibilidad del posible "mercado", el espectador. Así, genera y reafirma estereotipos que, a lo mejor ya ni van con nosotros ni nuestra forma de pensar, y refleja necesidades que no son reales al mismo tiempo que las crea.

Además, la publicidad es una eficaz herramienta de transmisión ideológica (del sistema social vigente).

Los estereotipos sociales reflejan la realidad. En publicidad, los españoles ven el reflejo de una sociedad donde no somos tontos, andamos de compras sin perder el glamour,
elegimos un coche seguro y robusto que cuide de nuestras familias, olemos a perfume de Oscar americano, la mujer es la perfecta mujer trabajadora-ama de casa y cuidadora de sus hijos que prepara el desayuno después de hacer deporte con el perro y no se le ha desecho ni un pelo de la preciosa melena teñida natural y llega sonriente, satisfecha y fantástica.  
El marido es el brillante, el dinámico, el que sabe tomar decisiones, elige lo mejor y no se la juega con cualquiera. Ha apurado su afeitado y se ha puesto un desodorante al que solo con verle su mujer  (la que acaba de llegar con el perro y está dando alegremente el desayuno) solo piense en tener sexo con él. 
Los jóvenes son sexys, guapos, blancos (¿curiosamente?), sonrientes, saben disfrutar de la vida, dominantes, y lo quieren y lo tienen todo. 
A las mujeres nos seducen las lavadoras de última generación que velan por el silencioso cuidado de las personas que más queremos y a los hombres les conquista la tecnología -sí la última- siempre y cuando se la puedan guardar en un bolsillo.

Y, de ese modo, la publicidad crea necesidades a través de los productos que comercializa. Crea la necesidad de tener lo último por que me hace elegante, me da caché, me hace moderno. Me da seguridad y confianza, me hace sexy e irresistible para el sexo opuesto. Porque me siento perfecta y puedo con todo. Me siento el mejor. Soy un buen partido... 
Se crea la necesidad del "necesito". Necesito seducir, que me amen, atraer, liderar, arrasar, ser el número uno, tener personalidad, ganar...

¿Crees que es difícil conseguirlo? Por supuesto que no. Compra el último ordenador, tablet, i-pad, i-phone; Tíntate el pelo; ve a un centro comercial donde todos son felices porque lo tienen todo; compra cremas de todo tipo y perfumes; ponte las deportivas que solo con  andar moldean tu figura y así tendrás tiempo para todo aunque tu día con dos hijos sea maratoniano; unos cereales que adelgazan y si no un yogurt que te devuelve la sonrisa; un coche seguro; un "clic" de tus dedos y tus necesidades son satisfechas... Se vende felicidad.

¿Qué es un estereotipo? Es una imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable y que representa a un colectivo. Es la representación del género en los medios. Es un modelo de hombre o mujer, simple y reconocible,  a través del cual la realidad de una sociedad toma significado. 
A medida que se presentan de forma reiterada y saturan constantemente con los mismos mensajes, contribuyen a perpetuar y justificar una sociedad y su actitud discriminatoria ante determinados grupos. La simplicidad del estereotipo favorece su integración y no requiere de complejos pensamientos para ser comprendido. Basta con una simple imagen. 
En general, un estereotipo es educación (y, desde luego, no la mejor, ya que no favorece en igualdad ni en derechos humanos y somete a un molde simbólico de valores que anula la individualidad).

Los estereotipos sobre las mujeres enmascaran el molde de los valores de una sociedad patriarcal y el miedo a la pérdida de ese liderazgo masculino.

La publicidad muestra a una mujer con cualidades físicas que favorezcan y hagan apetecible el objeto de consumo, convirtiendo a la mujer en el blanco de las estrategias de marketing. 

Hay publicidad con mujeres y para mujeres. Aunque  ya ha llegado también a los hombres que se estereotipan como guapos, jóvenes y con buen físico o maduros con éxito.
La publicidad sexista es aquella que lanza un mensaje que degrada en función del género al que se pertenece y los estereotipos son los que refuerzan los roles tradicionales de una sociedad. Utopía del placer, poder y eterna juventud.

La mujer puede presentarse de tres formas en la publicidad:
a) Como objeto decorativo: el hombre siente que se lleva a la mujer con el anuncio.
b) Como vehículo del éxito masculino: una mujer bella muestra la riqueza y posición social de él.
c) La mujer con rol tradicional: esposa, madre y ama de casa: ellas no pueden vivir sin sus maridos y solo pueden dedicarse a lo tradicional.

Se lleva mucho tiempo para para eliminar el caracter sexista de la publicidad en los medios de comunicación y, aún a día de hoy, se continua transmitiendo la responsabilidad de transmitir estereotipos que no son coherentes con la realidad de muchas sociedades donde se apuesta por la igualdad para frenar la desigualdad y erradicar la violencia de género (donde se mantiene la crencia de que la mujer debe estar subordinada al hombre, incluso en aquellas sociedades post-modernas donde la mitad de las mujeres, al menos, son profesionales).
Esperemos que el término igualdad no se confunda con incluir a los hombres -como las mujeres- en los estereotipos publicitarios y seguir vendiendo un patrón obsoleto poco ajustado a la realidad social.
Aquí te dejo algunos ejemplos para que seas crítico con lo que ves. Estamos tan acostumbrados a recibir tal bombardeo de información que ya la asumimos como cierta sin observar lo que se esconde tras ella.  Y a tí ¿qué te sugieren?