29.
Hoy, llevamos ya 4 semanas encerrados en casa. Estoy en segundo de bachiller y, cuando en las noticias se nos informaba de que el virus estaba cada vez más cerca y que ya en algunos países se habían cancelado las clases y prohibido salir a la calle, nosotras lo comentábamos en clase y lo último que pensábamos es que a nosotros también nos iban a cancelar las clases. Hasta que ese día llegó, no sabíamos qué hacer, qué iba a pasar con nosotros, con los exámenes, con la selectividad, encima no nos pusieron fecha de vuelta pero lo único que nos decían los profesores era que tuviéramos paciencia y no nos agobiáramos, que ellos nos irían informando de todo y seguiríamos dando clase. Y así fue, el último día de clase nos explicaron como íbamos a dar clase los horarios que íbamos a tener y cómo debíamos organizarnos.
Sinceramente, me agobié más la primera semana de pensar todo lo que nos venía encima que ahora,
me he dado cuenta que hay muchas cosas que se pueden hacer en casa. Por las mañanas tengo clase todos los días. Nos conectamos con los profesores mediante una aplicación por videollamada y ellos nos van explicando, avanzando temario, nos mandan ejercicios y hasta hemos hecho alguna prueba de examen. Normalmente, suelo terminar las clases a las 2 y, entonces, descanso hasta que la comida esta hecha. Después de comer hay días que hago siesta y días que no, depende lo cansada que esté o otros días me subo a la azotea para que me de el aire. Todos los días a las 7 de la tarde hago videollamada con una amiga y las dos nos ponemos el mismo video de YouTube, así hacemos el ejercicio juntas, es mucho más entretenido y cuesta menos. Y por supuesto luego a las 8 el aplauso a los sanitarios no puede faltar y más yo que vivo enfrente del ambulatorio y todos los días salen los médicos a darnos las gracias mientras les ponemos la canción de resistiré, este momento también me gusta mucho, ya que sale toda la gente a los balcones.
me he dado cuenta que hay muchas cosas que se pueden hacer en casa. Por las mañanas tengo clase todos los días. Nos conectamos con los profesores mediante una aplicación por videollamada y ellos nos van explicando, avanzando temario, nos mandan ejercicios y hasta hemos hecho alguna prueba de examen. Normalmente, suelo terminar las clases a las 2 y, entonces, descanso hasta que la comida esta hecha. Después de comer hay días que hago siesta y días que no, depende lo cansada que esté o otros días me subo a la azotea para que me de el aire. Todos los días a las 7 de la tarde hago videollamada con una amiga y las dos nos ponemos el mismo video de YouTube, así hacemos el ejercicio juntas, es mucho más entretenido y cuesta menos. Y por supuesto luego a las 8 el aplauso a los sanitarios no puede faltar y más yo que vivo enfrente del ambulatorio y todos los días salen los médicos a darnos las gracias mientras les ponemos la canción de resistiré, este momento también me gusta mucho, ya que sale toda la gente a los balcones.
Y por último, luego de cenar siempre es buen plan ver una serie o hacemos videollamada todas las amigas y estamos divirtiéndonos y, sobre todo, nos reímos un montón y lo pasamos súper bien.
A pesar de todo esto, tanto profesores como alumnos seguimos preocupados por saber si haremos el selectivo o no y, por otro lado, estamos un poco tristes porque este era el último año del colegio, en el cual el año que viene cada uno estará en un sitio y nunca más podremos volver a estar juntos en clase. Teníamos preparado un viaje de fin de curso al acabar el selectivo que estabamos súper ilusionados preparándolo y ahora ni siquiera sabemos si vamos a poder ir. Además, teníamos la graduación y la cena el día 29 de mayo y ahora tampoco vamos a tener graduación. No nos mola nada, ya que esperábamos despedir el curso de la mejor manera posible y estar todos juntos, ya que como he dicho antes, no volveremos a estar juntos más, aunque la amistad perdurará para siempre.
Pero si de una cosa estamos convencidos es de que cuando pase todo esto, haremos una cena y una graduación como nos merecemos porque como dice el dicho, más vale tarde que nunca.
Pero si de una cosa estamos convencidos es de que cuando pase todo esto, haremos una cena y una graduación como nos merecemos porque como dice el dicho, más vale tarde que nunca.
Solo nos queda tener mucha paciencia y que nos vayan informando sobre las medidas que tomen en la educación.
Saldremos de esta y por fin podremos salir a la calle, darles unos abrazos gigantes a nuestros amigos y muchos muchos besos a nuestra familia que yo también los echo mucho de menos.
Saldremos de esta y por fin podremos salir a la calle, darles unos abrazos gigantes a nuestros amigos y muchos muchos besos a nuestra familia que yo también los echo mucho de menos.
Laura
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