Crónicas de un encierro involuntario (Covid-19. Parte 1)


Hoy es 19 de marzo de 2020. El día señalado para felicitar a todos los padres. El día en que Valencia celebra su día fuerte de fiesta. La noche en que sus calles se llenan de fuego liberador, que anuncia el cambio de estación y la impregnación en el ambiente del aroma de las flores. Así era cada año... Este 2020 ha hecho que la plaga de lo incierto, lo desconocido y lo temeroso, recorra sus ciudades, barrios y casas. Y no solo los de Valencia -mi tierra- sino cualquier espacio de este país, de Europa y el resto de los continentes de esta ya agotada Tierra. 
El Covid-19 ha llegado a nuestras vidas de forma inesperada y modificando la percepción que teníamos sobre ese falso control que nos da tanta seguridad.
Hoy se abre esta página con la intención de conectar nuestras vidas, contar nuestras experiencias, compartir nuestros retos y nuestras respuestas adaptativas y por qué no, con un toque de humor y optimismo.
Desde aquí me gustaría conectar con la esencia del ser Humano. Todos esos seres anónimos que construyen la historia, desde cada una de sus vivencias, y que lidian con el mismo marco histórico que les ha tocado vivir.
Cualquiera puede participar enviándome su experiencia para que sea publicada a:

rosa.formacion@gmail.com

Gracias a todos.


1.

No estoy pasando por el mejor momento de mi vida, justo estoy en medio de uno de los peores...  en un proceso de recuperación y aceptación donde cada momento es una prueba de superación...  y de repente aparece esto, esta pandemia que asusta, que nos hace estar alertas continuamente...  me asomo por el balcón y veo a la policía continuamente pasar por la calle…  no se si vivo en la realidad o es una ficción de la que no puedo despertar..
Estoy separada y Tengo una hija de 8 años…  hace tiempo cuando veíamos las noticias de Italia ella me decía  que si pasaba en España no tendría que ir al cole. Imagino que su perspectiva era de unas vacaciones en casa con mama 24 horas.  Yo estaba tan inmersa en mi mundo de dolor y recuperación  que las primeras noticas de España casi pasaban desapercibidas en mi vida.  No las prestaba mucha atención y además me parecía que la gente exageraba demasiado.
( Ahora pido perdón por este pensamiento de desconocimiento y juicios adelantados).
Llevo desde el viernes “encerrada” en un piso en el centro de Madrid con mi hija.
El primer día fue como una aventura, algo que nunca nos había pasado,  algo que íbamos a vivir como una novedad en nuestra vida y en las vidas de todo el mundo.  Una experiencia donde la convivencia se convierte en el primer factor vital.
Nada tiene que ver con las vacaciones de verano donde las actividades  y los campamentos son nuestros más fieles aliados.  
Ahora todo cambia, es una adaptación a una nueva vida, donde la palabra “paciencia” y “convivencia” crea un sentido más especial, más profundo.  Cada letra de estas palabras son el componente de un concepto que desconocía y creo desconocíamos muchos.
A veces me entran ganas de abrir el balcón y gritar,  pero otras, cuando oigo esa risa de niña inocente, ese intentar continuo de negociar los deberes o esa vitalidad que me agota, pienso en lo afortunada que soy y aunque el trabajo me supere, el estrés me absorba y la paciencia se agote, se que son estos momentos que ella y yo siempre recordaremos,  porque son únicos y hace que me active, que invente y hasta recupere esos años en los que yo también fui esa niña.
Cuando me acuesto por las noches y mi hija me pregunta: “¿con que sueño hoy, mama?” y pienso en todo el mundo que no es tan afortunado en estos momentos, no puedo permitirme el lujo de conocer la depresión, tristeza, derrota  o cualquier otro sentimiento que no lo merezca,  porque es una falta de respeto y solidaridad hacia las personas que realmente si están en el derecho de sentirlo.
Si pensamos con optimismo, actuaremos con el mismo.  Lo tengo comprobado,  aunque a veces es difícil, muy difícil y más aun no solo pensarlo sino ponerlo en práctica.  Pero se puede, claro que se puede! Tenemos que disfrutar de cada momento con los nuestros y dejar sentada en una silla a la ira.  No se puede ir,  pero si podemos dejarla quieta, apartada, fuera de juego…  y si queremos que se levante y de una vuelta abrimos ese balcón y en vez de gritar, aplaudimos todas las tardes a las ocho de la noche a esas personas que si se están dejando la piel por nosotros.  
Ahí sí que os invito a que lo hagáis,  tan fuerte como podáis, para dejar a la ira, el enfado  y el mal humor en ese balcón para dar entrada a esa fortuna que a la mayoría nos esta acompañando.
No penséis que soy tan “happy” que de la puerta de mi casa salen corazones y flores...  estoy en medio de una separación que me ha llevado a los infiernos, pero tristemente este tipo de cosas son las que nos hacen darnos cuenta de que somos más fuertes de los que nos creemos, somos más creativos de lo que pensamos y que de todo esto vamos a salir muy reforzados y estoy segura de que el día que salgamos a la calle, vamos a ver la vida como realmente es, una oportunidad…

RM

2.

Querida amiga, mi experiencia sobre como estoy viviendo el encierro por el "coronavirus". Decirte que me cuesta sacar el lado positivo a este "enclaustramiento" que estamos viviendo todos. Paso a relatarte mi día de hoy, que en general son todos parecidos. Hoy me he levantado a las 8:30 de la mañana, para asearme y tocaba lavarme el pelo, ya que durante el día y, mira que es largo y estamos en casa, no tengo tiempo. Una vez que he terminado, desayuno sin dedicarle demasiado tiempo, ya que después tengo que atender a mi madre, que como sabes tiene Alzheimer y han cerrado el centro de día desde el viernes. 
Ella lleva con fiebre desde el domingo, con décimas o sin ellas, por lo que estoy obsesionada con ponerle el termómetro, parece que hoy la fiebre ha cedido, lo que me ha dado mucha tranquilidad. 
No creo que sea el coronavirus ya que no tose, ni siente sensación de ahogo. A las 9:00am le doy el desayuno y me marcho a buscar el pan, así aprovecho y me doy una vuelta, una vez que llego, tengo que asearla, vestirla y levantarla, debido a éste proceso febril, está más lenta y más torpe que lo habitual, por lo que hay que hacerlo todo con mucha calma, después damos un paseo, pasillo arriba pasillo abajo, para que mueva las piernas. Necesita supervisión y apoyo para todas las actividades de la vida diaria.
Continúo con las labores de la casa y con poner lavadoras, ya que he aprovechado también para lavar abrigos y prendas de plumas. Ya desde primera hora de la mañana, comienza el teléfono a sonar, wsp de varios grupos de amigos/as, mandando cosas graciosas, primas, amigas/os, que preguntan que tal el día y más teléfono, ya que mi madre quiere que llamemos a unas primas suyas, para ver como están. La mañana se va pasando, entre unas cosas y otras... hacer la comida, comer, oír las noticias en la tv etc. Después de comer, acuesto un rato a mi madre, ya que no la veo muy fuerte. Ese rato es el que aprovecho para conectarme y trabajar cosas que tengo pendientes de enviar vía mail, ya que tengo la sensación de que no trabajo nada y me siento fatal por ello. Me dan las 18:00 h, vuelvo a poner el termómetro a mi madre y veo que tiene décimas, la levanto, paseamos por el pasillo, le doy la merienda y medicación. 



Me llama por teléfono una amiga, que tiene un negocio de hostelería el cual ha tenido que cerrar con 8 trabajadores que se van a la calle y gastos que tiene que seguir asumiendo como son los de la luz, sin tener ingresos... me deja realmente preocupada... Pienso también en el profesor de inglés que tuve, que se ha quedado sin alumnos y sin ningún ingreso. Pienso en la profe de pilates, que tenía un local muy pequeñito y que tampoco ahora puede trabajar. Pienso en todos los pequeños autónomos que han tenido que cerrar y que tienen que seguir pagando cuotas y gastos fijos, me pregunto: ¿Qué va a pasar cuando esto termine?


El teléfono, fijo y móvil sigue sonando, amigas de mi madre que están solas en el pueblo y llaman para charlar un rato... amigos/as mías que me envían wsp, más primas que llaman para ver cómo estamos, wsp, de grupos que plantean juegos de adivinanza..


Leo dos páginas de un libro y no me da tiempo a más, con tanta llamada y wsp, por ver o responder. 


Llega la hora de cenar, poner cena, medicación y acostar a mi madre, son las 22:30 cuando termino. Llama un amigo de Canarias, le contesto que mejor hablamos mañana, por hoy ya he tenido suficiente teléfono.  Ahora que estoy escribiendo son las 23:30 y el wsp, sigue sonando con los juegos de adivinanza que uno ha planteado en un grupo, la gente necesita entretenimiento. 


Pensaba haber hecho un poco de deporte en una esterilla, pero el día no me ha dado para más.. Mañana será otro día.


¿Qué cosas saco en positivo? pues que miro a mi madre y la veo tan mayor, débil e indefensa que pienso que cuando esto termine y a lo mejor ella ya no esté conmigo y yo recuerde este encierro, pensaré que ella estuvo haciéndome compañía y sólo por eso habrá merecido la pena cada día y minutos que hemos pasado juntas.  


Pienso también en que tengo familia y amigos que me llaman, envían wsp, canciones, poesías,  y están pendientes de mí, por lo que me siento querida y nunca me siento sola. 


Después de este testamento, hoy doy por finalizado el día. Mañana más de lo mismo, jaja 





¡¡Un abrazo enorme y gracias por estar ahí!!







Paz


3.

Aunque vaya a trabajar por las mañanas algunas horas para servir y poder dar alimento para que la gente pueda comer en estos días de encierro, mi encierro nada más llego a casa de trabajar está siendo muy positivo. Cuando llego como, y después de comer, tomo como referencia a mi madre, que aunque tenga Alzheimer, lo está llevando con una entereza y armonía que es indescriptible, porque aunque no comprenda lo que está pasando y la situación en la que nos encontramos, me mira y, como siempre daba su paseo todos los días -una vuelta al parque- espera poder irse, entonces la miro y le digo: "mamá hoy no se puede salir de casa, cariño". Me mira y no dice nada y al cabo d ecinco minutos, coge, se levanta del sofá y se pone a dar sus vueltas por el pasillo.
Al cabo de un rato, le pregunto que cómo va y me dice: "mira, un montón he dado ya, 100 para aquí y para allá". Y se ríe, y nos reímos juntas. Después aprovechamos para hacer cosas juntas, como que me ayude en lo que pueda ella y sus limitaciones, a hacer el bizcocho que tanto le gusta, conversar, y sentirse útil en todo momento y ayudarme. Le hace feliz y lo veo.
Todas esas cosas no las podía hacer por falta de tiempo, me limitaba mi trabajo, entonces, valoro todas esas coss pequeñas que pienso que son un regalo para mí en estos momentos, al estar con los míos y disfrutar de ellos, tanto de mi madre como de mi padre, hacer cosas juntos, conversar, etc...
Porque cuando pase todo esto, que tengo la esperanza que será en breve, volveremos a la rutina y añoraré poder estar un poco más con ellos, porque el tiempo pasa y nos volcamos en el trabajo y demás, pero también nos hacen falta estas cosas.
Así, que en definitiva, mi encierro está siendo lo más agradable.
Mucho ánimo a todos y que lo llevéis lo mejor posible y volcaros en cosas que os gustaría hacer y que antes no podíais.
Un saludo a todos y un abrazo enorme, que esto pasará en cuanto menos nos lo esperemos.

Bea

4.


"Hola, mi encierro está siendo muy familiar. Estoy con mi madre. Hago videollamadas con mi sobrina y llamadas con amig@s varios, salgo a comprar...
Yo de momento sigo trabajando... y aunque vivo con añoranza mis hobbies y la terraza de un bar... sigo esperando que todo se solucione cuanto antes...
Mucha salud para tod@s.
Todo esto igual une más a las personas... miremos el lado positivo".

Miguel


5.


"Este virus nos ha venido inesperadamente, más fuerte de lo que nos anunciaban. Mi marido y yo estamos en casa, tal y como nos aconsejan los sanitarios. Estamos tranquilos y entreteniéndonos con las cosas más elementales, como televisión , lectura, autodefinidos y algún que otro ejercicio físico.
Al estar aislados, tanto con la familia como con los amigos, es lo que peor llevamos. pero esto pasará y, aunque ahora es un mañana incierto, pronto -mejor que tarde- nos podremos besar, abrazar y darnos todos los achuchones perdidos".



Rosa


6.


Álvaro: Diario de un trucker (conductor de camiones pesados)

Me llamo Álvaro. Soy conductor profesional, transportista. Mi experiencia en esta movida del coronavirus es que nosotros no paramos.  Seguimos trabajando, incluso más aún, para poder atender toda la demanda que necesita la población tanto de alimentos como todo tipo de productos. Esto es una locura. No hay nadie por el mundo. Voy solo por ahí. Hay momentos de rayadura cerebral de decir: ¿aquí qué está pasando, esto es real o es un sueño?¡Voy solo por el mundo! Es brutal. Está todo desértico. Carreteras vacías. Todas las áreas de servicio en carretera, vacías. Ves a algún compañero aparcado descansando. Algún perro… Algún gato… Nada más.
Los camiones y tráiler dan servicio y suministro constante. Lo único que me encuentro por la carretera es transportistas.


Hoy, por ejemplo, he llegado al sitio donde tengo que descargar y ya me ha avisado que están todos los del almacén acojonadísimos porque
normalmente las cargas que bajo vienen directas de Italia, el camión completo. Los que descargan las mercancías tienen miedo, aunque considero que el problema no es ese, es el contagio que hace la gente por su irresponsabilidad, pero aún así, aunque cumplamos con las medidas de seguridad establecidas, tienen miedo.


La mercancía nada más la sacan del camión, la rocían con un producto desinfectante. Van con mascarillas y equipos de protección y a mí me dicen que me quede en el camión y no salga.


La carga se pulveriza con desinfectante nada más sale del camión. Como no salgo del camión, mientras aprovecho para comer y, así, cuando nada más hayan descargado, ya puedo irme del tirón desde Huelva a Granada y ya no tengo que parar y adelanto en tiempo.


Para nosotros, los conductores profesionales transportistas, esta situación es muchísimo más complicada de lo que parece porque, entre otras cosas, uno de los aspectos que más nos está haciendo padecer, es que está todo absolutamente cerrado. Todo. Y cuando digo todo, es todo. Evidentemente si tienes que para en un sitio para ir al servicio, para higiene y aseo personal, o a comprarte una botella de agua o tomarte un café o comerte un bocadillo o tomar un plato caliente, porque cuando ya estás varios días por ahí, se necesita y se agradece.


Al estar todo totalmente cerrado, resulta imposible. Sí hay algunos puntos que otros compañeros nos pasan por las redes sociales, donde se indican restaurantes donde solo sirven menús muy económicos para que podamos disponer de ese servicio, única y exclusivamente para nosotros los profesionales. Pero claro, estamos hablando que en toda España a lo mejor hay cinco. Entonces, si yo salgo desde Valencia hasta que no llego a Granada, no encuentro uno. Son muchas horas y mucho trayecto. Aunque los hay, están en puntos muy distantes y la ruta que voy a hacer, puede que no pase por allí. Es un tema complicado para nosotros.


La información dada por los políticos, se da a medias y mal dada. Los que estamos en primera línea de guerra somos los que sabemos cómo está la situación real y lo grave que está y que va muy en serio. Lo veo porque cuando voy por la carretera y, ahora cargas aquí y después descargas allá, ves que en muchos sitios la gente lo toma a tontería y no tienen ni idea de cómo está la situación.


Los que están ahí en primera línea somos los que vemos cosas incongruentes y también que esto va para rato.


Yo ahora estoy aparcado en Trigueros, muy cerca de Huelva ya. Voy a cenar un poquito y a dormir. He pasado por la S30, como la M30 de Madrid, pero en Sevilla y es flipante. Iba yo solo con el tráiler por toda Sevilla. ¡Vaya tela! Ahora ya estoy aparcado. A cenar y dormir que mañana, como cada día, voy a cargar mercancía.



Álvaro



7.



Trabajo en el hospital de la Fe en Valencia. Ayer a las 20:00h, la puerta de urgencias estaba llena de policía nacional solidarizándose con nosotros -los trabajadores sanitarios- poniendo en marcha las patrullas de coches, con las sirenas funcionando en reconocimiento a nuestra labor, mientras los que podíamos salíamos a aplaudir homenajeando a los que están en pleno servicio.
¿Por qué la policía se solidariza con nosotros? Porque son los únicos que entienden las deficiencias que estamos pasando. No tenemos nada, ni mascarillas, ni equipos de protección mínima individual. Ayer un compañero en UCI con personas infectadas de coronavirus, solo llevaba la bata, en espera de los productos que se tenían que recibir y que no llegan. Pero como eso, los que lo estamos viviendo, la policía nacional, la guardia civil y los que trabajamos en hospitales, los que van con los camiones… esos sí que sabemos lo que estamos pasando. La percepción es que los políticos no pero que luego sí saben venir a ponernos la medalla, cuando los que estamos en el servicio directo nos estamos jugando nuestra propia salud y la de los nuestros y las medallas sirven de muy poco después, porque lo difícil está ahora y ellos no están. Nos sentimos desprotegidos. Estamos en primera fila, sin trincheras ni nada. De cara al público sin saber qué llega de frente y a qué te estás exponiendo a diario y de forma constante.
Cuando llegamos a casa, nos quedamos en casa. Estamos viviendo un infierno. Después ves a la gente paseando por ahí y te das cuenta lo bien puestas que están las multas y que tendrían que ser de sanciones más elevadas aún. No saben lo que es nuestro trabajo y tendrían que estar a nuestro lado viendo lo que supone trabajar con enfermos sin saber lo que haya en cada habitación. Si eso se viviera a diario por el que sale “a pasear” como si nada, verías como nada más llegar a casa se duchaba y se ponía alcohol desinfectante por todas las partes del cuerpo y se le irían las ganas de salir de casa. Lo mismo de sacar el perro y de ir a comprar veinticinco veces al día… es lo que tenemos. Gente incívica y poco responsable que no es consciente de cómo nos la estamos jugando todos los días para que este virus deje de propagarse, sin tener conciencia del esfuerzo que hacemos porque esto no es un juego ni unas vacaciones.
Esta es la visión desde dentro del infierno. Es dura y complicada. Mamparas de protección abiertas que no sabes muy bien para qué sirven. Ayer llegaron mascarillas y guantes que no teníamos. No sabemos lo que nos entra por la puerta y atendemos a todo el personal. En las habitaciones no hay protección. El personal de limpieza no tiene mascarillas y a veces ni guantes. Las auxiliares de enfermería, me decían dónde podían conseguir mascarillas efectivas porque no tenían, estando en contacto directo con los afectados. Es un despropósito y la sensación es de no saber por dónde ir. Confusión y falta de medios.
Estamos en situaciones muy peligrosas para la salud y sin medios, y esto se vive como una vergüenza propia y ajena. Hay histeria. Histeria colectiva. La gente salta a la mínima. No quieren que les tranquilices, quieren las cosas enseguida, rápidas, ya. Si antes se quería todo rápido, ahora se ha multiplicado por n. La psicosis y el desequilibrio empieza a darse en muchas personas, por el miedo y el egoísmo de ser atendidos en prioridad.
Estamos indignados porque a nosotros, trabajadores de sanidad, no nos han hecho la prueba del coronavirus estando a diario con pacientes que dan positivo. Llegamos a pensar que tienen miedo de hacernos la prueba por si acaso damos positivo, porque si tuviéramos que irnos nosotros a casa, tendrían que venir los políticos y todos sus amigos a ocupar nuestro sitio.
Hoy hace un mes que no veo a mi madre, por no contagiarle en caso de positivo. La veo desde bajo de la calle, cuando vuelvo a casa, y se asoma al balcón. Yo no subo a su casa porque sé lo que llevo encima. Cuando pase esta situación, ya subiré a verla y estar con ella.
El que pueda quedarse en casa, que se quede. El que pueda trabajar desde casa, que lo haga. Simplemente, no salir. Ya pasará. Los billetes no se comen, son indigestos. Y otra cosa, cuando salís y utilizáis el móvil, limpiadlo con alcohol directamente. Se queda brillante y se desinfecta porque al final lo llevamos más tiempo en las manos que en el bolsillo. Lo que toquéis limpiadlo con alcohol, que no pasa nada.
Esto va para largo, lo veo a diario.
Así que, a cogérselo con calma porque esto no se acaba en poco tiempo y la pinta es de tensión extrema conforme los dispositivos sanitarios lleguen al límite de saturación.



Paco

8.




Los días de encierro

Las puertas cerradas

Lanzarte mil besos

Guardados en latas

Máscaras y hierro

Las horas se alargan

Ventana y recelo

El tiempo que pasa

Que en este silencio pienso

Los abrazos que te daba

De la fuerza de un te quiero

El amor todo lo sana

Cuando nos movía el viento

Por mirarnos a la cara

Buscando el sentido

Repliego las alas

En una caja metido

Esquivo las balas

Herido de miedo

Escondido entre las ramas

Por encontrar un recuerdo

Que por aquí caminaba

Despreocupado y tranquilo

Cobijado entre la calma

Para escuchar a los grillos

Volver a cantar sus tonadas.


                                          A*


9.




A 350Km

Primero que nada quiero expresar mi apoyo incondicional a todas esas mujeres que en estos días de confinamiento están conviviendo con su maltratador. No quiero pensar cómo lo estarán pasando con su agresor porque, hacerlo, me enfurece. Empatizo con su miedo, desasosiego y soledad. Creo que ya saben que hay un teléfono de emergencia 112 para tratar el acoso y el maltrato al que puedan estar sometidas aunque, aún así, no dejo de pensar en las personas que puedan estar en esta escabrosa situación.
Hoy es el noveno día de confinamiento de obligado cumplimiento, decretado por el Estado. En mi humilde opinión, creo que no han estado a la altura y les ha venido grande el tema del Covid-19, esta pandemia que ya afecta a todo el mundo.
Creo que no nos han informado debidamente de la magnitud del problema real, que sabían que había y que podía acarrear todas estas consecuencias y parece "que nos ha pillado por sorpresa", con sanitarios sin la debida protección, gente yendo igualmente a trabajar... en fin. Esperemos no muera mucha gente, sobre todo esas personas desprotegidas y desvalidas que son nuestros mayores, a quienes admiro profundamente.
Como comentaba, después de nueve días de confinamiento eso de quedarnos recluidos en casa, de obligado cumplimiento no sienta nada bien, porque te priva de la libertad de no poder salir a tomar unas cervezas, pasear, hacer deporte... cosas cotidianas que se suelen hacer en el día a día, pero es bien sabido por todos que es por una causa justa y de salud.
Un aplauso a todos aquellos profesionales de la sanidad pública, transportistas, policía, comercios y sobre todo los pequeños comercios, y fuerzas del Estado que están haciendo que esta situación adversa que sea algo más llevadera.
En estos nueve días confinado, te vas dando cuenta que tampoco se llevan tan mal -siempre y cuando no tengas a la persona amada a 350km ya que, de momento y por cuestiones de seguridad se tiene que respetar el protocolo-. Añoro los besos, las caricias y abrazos y el afecto compartido.

Y este vacío se suple gracias a la tecnología que facilita -a través de las videoconferencias y aplicaciones- las conversaciones y el poder ver a mi amor. 

Nueve días en los que puedes disfrutar de esas charlas profundas con tu pareja, tus hijos adolescentes, tus padres o simplemente contigo mismo que, por cuestión de tiempo, trabajo o estrés, no tenías. 

También está siendo importante disfrutar de mi casa, de poder ordenar cajones o la cocina, en la que no sabes dónde poner determinados utensilios por falta de espacio... Esas pequeñas reparaciones que hace meses tenías en mente o la redistribución de muebles, ahora es el momento de retomar esos menesteres y, si es en compañía, muchísimo mejor. ¡Cómo te puede cambiar la vida en cuestión de minutos! Tener previsto de muchos meses atrás un planning y de un plumazo ¡zas!, cambio de planes. Se producen las cancelaciones de viajes, hoteles, reservas de ocio... todo se va al garete. 

Esto nos coloca "con los pies en la tierra" y la vida te enseña a valorar esas pequeñas cosas a las que no damos importancia o simplemente no tenemos en cuenta por su cotidianidad. 

Y creo profundamente que, después de este paréntesis, vamos a disfrutar mucho más de esas copas con los amigos, esos paseos por la montaña o la playa, esos abrazos y besos con personas que hacía meses que no veías... todo lo que hacíamos sin percatarnos de lo que teníamos y que ahora echamos de menos. 

Mientras se prolongue la espera, habrá que saber estar en casa lo más relajados posible y haciendo caso a las advertencias y transformando la adversidad en una ventaja. Aprender a estar en calma y tener una percepción más minuciosa de las cosas. Saber identificar nuestras actitudes más egoístas y cambiarlas por otras más empáticas, cercanas y que potencien la colaboración entre los seres humanos, porque todos somos iguales.

Hablo de egoísmos al referirme a aquellas personas que se miran el ombligo y entran en pánico por la necesidad de tener más que los otros o que no les falte de nada mientras otros se quedan sin lo necesario básico. O de aquellas empresas multinacionales que, a pesar de no tener medios de protección para sus trabajadores, siguen obligándoles a que vayan a su puesto de trabajo y cumplan con su jornada laboral, a pesar del temor al contagio. O de aquellos que salen en múltiples ocasiones de su casa con cualquier excusa sin pensar el riesgo que conlleva este tipo de acciones diarias... todos aquellos que miran muy poco para que esta pandemia pare.

Me gustaría que la gente se quedase en casa y saliese solo para las necesidades básicas y al hacerlo, que sea con prudencia. Porque nosotros no tenemos idea de lo que es un virus y si hablan de quedarse en casa, será para prevenir más contagios y que esta situación revierta con rapidez. Eso es una acción cívica que piensa en los otros y que recae en el beneficio de todos. Seamos solidarios y conscientes porque esto nos afecta de forma global, porque no pensábamos que pudiese llegar a lo que estamos viviendo. Ya no es una simple gripe. Es una pandemia que se ha extendido -de forma muy contagiosa- y que todavía no sabemos hasta dónde llegará ni cómo va a afectarnos en los próximos meses y años.

Esperemos que no pase mucho tiempo para volvernos a ver, besar y abrazar porque lo cotidiano es lo realmente importante. La vida es muy bonita y depende de cómo la vea cada uno. En estos momentos, tener una actitud optimista hace que se aprecie lo que está, aunque haya que adaptarse al cambio, y uno deje de enfocarse en las carencias.


¡Ánimo a todos! 


Vin




10.



Mi experiencia en un encierro involuntario:

Quien me iba a decir a mí que, lo que siempre he deseado se iba a cumplir pero de una forma muy diferente a mis expectativas.


Siempre he querido poder dedicar tiempo a mis hijos, a mi marido, a mi familia y por motivos laborales, me ha sido  bastante complicado, por lo que ahora en estos momentos y debido a la situación que nos toca vivir voy a cumplir.


Me he propuesto sacar esa espina que tenía clavada y aprovechar estos días de encierro con mi familia y disfrutar con ellos al máximo. Desayunar juntos, conversar, ver películas sentados en el sofá mientras comemos palomitas. En fin, todo lo que por el ritmo de vida que llevamos y arrastrados por las nuevas tecnologías, parecía imposible hacer en nuestra vida normal.


Tengo 2 hijos adolescentes de carácter muy diferente.

Mi hijo mayor lo lleva bastante mal, todo le parece mal, está enfadado con el mundo en general, pero hablando con él explicándole la gravedad de la situación, ha entendido que el estar en confinamiento és lo mejor tanto para nosotros como para el resto de ciudadanos, que todos tenemos que aportar nuestro granito de arena y cumpliendo lo que nos han dicho, saldremos pronto de esta situación.


Mi hija lo lleva mucho mejor. Está cursando 2° de Bachiller y desde los principios de saber todo esto, cuando dijeron que en Madrid habían suspendido las clases, ella me decía que no quería por nada en el mundo que en su colegio las suspendieran, pero lo que ella temía llegó . Esto sí que se lo tomó mal, ya que este año és el último y tienen las pruebas de la PAU.


Pero una vez metida en esta horrible situación, ella intenta llevarlo muy dignamente. Se levanta desayuna y a partir de las 10 hasta las 14 horas tiene clases online. Por la tarde se conecta con las amigas y hacen gimnasia juntas, se ríen, hablan y día pasado. Mi hijo ahora, cuando se agobia, se sube a la terraza. Está un rato. Se despeja. Vuelve a entrar en casa y continúa con sus quehaceres, que no son muchos, pero intento por todos los medios implicarlo para que esté entretenido. Sin ir mas lejos, mañana tenemos que hacer lasaña para comer y, como  le gusta la cocina, le he propuesto que la prepare él. Le ha gustado tanto la idea que quiere fregar también todos los cacharros que se usen en la preparación de la comida. Ole por él.


Mi marido tampoco lo lleva bien, quien lo conoce sabe que es una persona muy inquieta. Le gusta tener siempre cosas que hacer y, con la situación que estamos viviendo, tenemos cerrado el comercio -que llevamos adelante entre los dos- y esta situación nos tiene muy preocupados a ambos. 

Pero no hay mal que por bien no venga y, nunca mejor dicho, ya que estas pasadas Navidades sus primas del alma -por que más que primas son hermanas-, le regalaron unos libros. Él no había leído jamás y justo ayer empezó con uno de ellos  " Las 3 claves de la felicidad " para después continuar con  "  La verdad de la mentira  "  escritos por María Jesús Álava Reyes (licenciada en psicológica) y para sorpresa mía, está enganchado. Dice que le encantan y eso me agrada enormemente, primero por que leer abre mucho la mente y te hace pensar y valorar todo y, la segunda, porque esos ratos que dedica a la lectura le sirven para que se le hagan más cortos los momentos de aburrimiento que, en algún momento del día, todos tenemos.


En cuanto a mí -como os he dicho anteriormente- estoy haciendo cosas que de normal no hago. Estoy cocinando, ya no tengo montañas de ropa para planchar, hago deporte por las tardes, leo, veo pelis, mantengo conversaciones con mis hijos y una de las cosas más emocionantes  que hacemos toda la familia juntos todos los días a las 20:00 horas, es salir al balcón a apludir a todos los sanitarios que se dejan la piel todos los días y sin descanso velando por nuestra salud. Se me pone la piel de gallina ya que tenemos la suerte de tener uno de los ambulatorios de nuestra ciudad justo enfrete de nuestro edificio y siempre que pueden salen ellos también aplaudiendo. Mi gratitud infinita a todos ellos y a todos los músicos que, desde sus casas y balcones, nos han alegrado por unos momentos y nos han sacado una sonrisa ya que por culpa del dichoso " Coronavirus " no hemos podido celebrar nuestras fiestas Josefinas (las fallas) y gracias a ellos, la pena ha sido menos pena, aunque realmente estamos muy apenados, pero como dicen todos los falleros #açotambepassara y lo podremos celebrar por todo lo alto.


Mi resumen de este encierro involuntario y mi deseo para todo el mundo, que cumplamos a rajatabla las órdenes impuestas por las autoridades ya que entre todos juntos venceremos. Por tí, por mí, por todos  ......






Amparo

11.


Mis pensamientos y sensaciones van cambiando cada día de confinamiento. Al principio, mi lugar era de desconcierto. Para mi, de alguna manera, la vida empezaba a hora. Después de muchos años de sacrificio, empezaba a trabajar donde siempre había querido. Lo había conseguido. Y mi cabeza estaba llena de nuevas ilusiones, de actividades que deseaba hacer, de nuevos planes y propósitos donde mi vida social tendría, por fin, protagonismo. Pero nada de esto importa ahora, es solo un aplazamiento. 
Lo que viene ahora a mi cabeza y a mi corazón, siempre conectados, es que lo que importa son las personas. Porque hay una verdad incómoda que tapamos con memes, aplausos, videollamadas, sesiones maratonianas de series...y es que la gente se está muriendo. Hay muertos, y de la muerte nunca nos ha gustado hablar. 

Se están yendo personas, a las cuales, de alguna manera, "no les tocaba". Algunas de estas pérdidas tal vez se podrían haber evitado con medidas más tempranas, puesto que España tenía de referencia a otros países. Pero ya no se puede mirar atrás.

Ahora pienso en la fragilidad de la vida, en que en estos tiempos cada uno está mostrando quién es verdaderamente, con sus acciones, con sus manifestaciones públicas y privadas.

Me doy cuenta de que la vida es siempre ahora, que no podemos esperar a lograr algo para ser, por fin, felices. Mis pensamientos están con las familias de los fallecidos, con el miedo que a mi me pueda pasar la terrible experiencia de perder a un ser amado. Por lo tanto, esta es mi conclusión: es hora de amar la vida más que nunca. Agradecer lo que sí tenemos. Tener conciencia de que somos parte de algo más grande y que nuestros actos repercuten en los demás, porque somos parte de la sociedad, aunque a veces no tuviéramos esa sensación.

Los relojes no se han parado, el tiempo sigue contando, la vida se sigue viviendo y cada uno decidimos qué hacer con ese tiempo que se nos ha dado, ahora más que nunca, indeterminado. 

Y tú que me estás leyendo, te mando un abrazo. Porque ahora el amor, lo es todo.



Ana





12.

Winston Churchill fue aquel primer ministro inglés que dirigió el país entre el 1940 al 1945. Premio Nobel de literatura y fue en principio un candidato de una larga lista, donde todos estaban por delante de él. Y todos aquellos renunciaron a asumir la responsabilidad de dirigir el país, en pleno asedio alemán. 
Cuando los ingleses sufrían todo el bombardeo, Churchill dirigió su país y vino a decir muchas cosas. Entre ellas decía: "Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad. Un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad".
Esto lo dijo Churchill y creo en ello firmemente. Por eso quiero deciros hoy que, por encima de todo, la vida. Sin ella, nada existe. Una batalla más que librar y ganar.

Desde la responsabilidad os pido que no salgáis. Volveremos con más fuerza. 

Comprendo a aquellos taxistas que se ven obligados a salir, por los créditos que deben. Esta es la única excepción que debe haber en el sector. Desde ahí arroparlos y darles el suficiente aliento, desde nuestra posición, que les permita volver a casa sin enfermar.

Y otra vez a empezar.

La pandemia es otra crisis del sector, que afecta a todo un país. ¿Qué podemos hacer?

Tomarla como una lección. Aprender de ella, valorando todo lo que hemos conseguido personal y profesionalmente. Ver que la vida es bella y nos da una oportunidad todos los días.

Por todo esto, no debemos perder ni un minuto más. Ante todo, la vida. Es presente. Estar más juntos para estar más comprometidos. Y unos por otros, exigirnos responsabilidad para superar una crisis más, de una forma ejemplar. De matrícula de honor, como hacéis cada día. 

Así, se sale.

Convencido de lo que hago, vivo por ello, busco más dentro de mi que esperando de fuera que surja la fe en mi persona. Es mi primer cometido cada mañana. Desnudo me sentiría si la fe no me amparara. Convencido de ello, tiendo mi mano buscando mi confianza que me dice: "no me pierdas". Ahí reside tu fortaleza.

La pandemia espera, busca atraparme con solidaridad, responsabilidad, honestidad... mi confianza crecerá. Tenemos un deber, además de ser de un sector de movilidad , transmitir confianza para entre todos apoyar. 

Buscad, encontraréis vuestra paz a través de la solidaridad, que a vuestros vecinos podréis amar.

Las dudas me asaltan. Reflexionar, tomarlo como algo natural. No os asustéis. Aparece Don Miedo en escena. Negociar, acordar, estamos vivos para, una vez más, luchar.

La fe en uno mismo es la confianza donde uno respira, levanto la cabeza veo con claridad.

La pandemia fracasará, nuestra fortaleza la debilitará. Decirles a vuestros vecinos que nos armemos de solidaridad con tenacidad, la fe en nosotros mismos como un miembro más de nuestra comunidad, que nos acompaña con lealtad.

Un día más nos daremos otra oportunidad, no dependerá de la pandemia si actuamos con responsabilidad.

Qué grande, qué bello no depender, liberarse del egoísmo, un amor responsable para ayudar a los demás, juntos creceremos como sociedad.

Depende de nosotros que la pandemia nos atrape ¿vamos a permitir que nos quite el privilegio de elegir? La vida en nuestras manos.

Tener una conducta de matrícula de honor donde vuestros vecinos se puedan reflejar.

¿Qué nos inquieta a los ciudadanos y taxistas? ¿La salud, la economía...? Encerrados, inquietos, nos preguntamos: ¿Es el fin?

Rotundamente no. 

¿Entonces qué es? Por encima de lo que nos preocupa, es una lección aunque no queremos debemos de tomar. Nos permite reflexionar, viajar... ir más allá de lo que normalmente vas. Aceptar la realidad, te permite ocuparte de una parte de tu vida. Afrontar, no escapar de asuntos pendientes. Fortalecer el presente.

Los miedos, las inseguridades, los egoísmos, el qué dirán, los egos... ahora me siento el espejo donde mirar. Miro y veo el gigante de mis sueños, asuntos pendientes... Hay que mirar y poner orden con honestidad. Dejar de engañar para tener una vida ue realizar.

El miedo de los valientes, lo que afrontan sin dudar, sin mirar atrás. Aprovechar. Esuna oportunidad. 

¿Qué sentido tiene la vida huyendo, escapando cuando estás cautivo y preso de asuntos pendientes? 

La pandemia son muchas cosas, personas que se van y no volverán. También una puerta a la libertad. Somos un sector de mobilidad. Conduce tu vida ¿Hacia dónde vas? Crecer y dar un poco o mucho más. Desnúdate ante los demás. Te conocerán y conocerás. Somos pareceidos o casi igual.

Pregúntate: ¿la vida pasa o la dejas pasar? 

¡Basta ya de justificar la verdad de la que no puedes escapar! Es tu libertad.

En este tiempo de pandemia podemos soñar, reflexionar, buscarte, encontrarte y conectar con tu interior sin cesar, abrir los cajones, armarios y ventanas de par en par. 

Mirar y encontrar qué oportunidad... ¿la vida pasa o la dejas pasar? Mírate por dentro. Cógete un taxi y dirígete donde quieras estar toda una eternidad. Mucho mejor te encontrarás. Feliz, satisfecho, sano, preparado para amar mucho más. Subimos, bajamos, abrimos, cerramos, buscamos. No hay excusas para encontrar la verdad. Conéctate a tu red interior, la más potente de todas ellas. No tengas miedo a los demás y te salvarás.

La vida en tus manos.

La capacidad del ser humano en situaciones muy difíciles es sacar lo mejor de uno mismo. Esa es la diferencia entre un optimista y un pesimista. El optimista es realista pero al mismo tiempo dice y reflexiona sobre ello y entiende que su actitud debe ser de resiliencia. Esa es la diferencia. 

Las personas resilientes son aquellas personas que aceptan y asumen una situación muy difícil y muy complicada, asumen la realidad y desde ahí se esfuerzan en obtener y sacar lo mejor de sí mismos para en esa situación, sobrevivir. El pesimista no. Es el que se hunde, el que tira la toalla, el que dice que no merece la pena, es el que dice no vamos a salir, el que dice todo se hunde, nada vale para nada, etc. Todos estos pensamientos que tiene el pesimista, son muy tóxicos y dañinos. Primero para él, que es quien los produce y provoca, que se contagia con su comportamiento y su actitud y luego para todos los demás a quien lo  transmite de forma corporal, con un mal gesto o una mala cara o un lenguaje verbal. Sin embargo, ahora hay que ser resilientes. Asumir y aceptar cuál es la situación y la situación es muy complicada, muy difícil y, desde ahí, nadar. Navegar, para luego llegar a buen puerto. 

La vida una vez más, nos da una lección.
La situación que estamos viviendo, nuestra generación y todos los seres vivos que hay en esta situación, salvo los que quieren que hayamos salido de una Guerra Civil -que es el caso del país o de otros países en una circunstancia como la que menciono- no ha habido una situación peor que esta. Hay que aceptarlo, hay que asumirlo y  a partir de ahí, ser resiliente.
Ese es un verdadero optimista, el que asume la realidad y desde ahí saca lo mejor de sí mismo, sin hundirse en ningún momento. Esperanzado y luchando para empezar a construir.
Y esto es lo que tenemos que hacer en este momento. Prepararnos mientras estamos confinados. Prepararnos. Prepararnos para que cuando llegue el momento y deje de seguir el estado de alarma y salgamos a la calle, estar preparados mentalmente. Trabajar con la mente y con vuestro cuerpo. Observaros cómo reaccionáis ante las situaciones, ante todo esto. Valorar lo que habéis conseguido, lo que tenéis y lo que os queda por conseguir porque la pandemia pasará. Y quedará la vida y la vida volverá a renacer. Y ahí es donde estamos nosotros. Ahí es donde tenemos que estar. Y esa tiene que ser nuestra responsabilidad, la de volver a renacer.
Resiliencia. Trabajar ahora que tenéis tiempo. Interiorizar este concepto. Arremangaros y prepararos.
La vida continua y todos los días nos da la oportunidad. y todos los días sale el sol aunque sea en estos días tan tímidos de Semana Santa, pero todos los días nos da una oportunidad. Hemos de ser inteligentes y aprovechar esta oportunidad. ¿Para qué? Para que la pandemia, al final como consecuencia, sea una oportunidad. Seamos capaces de hacer lo mejor de lo mejor.
¡Vamos a por ello! 
¡Vuestra vida en vuestras manos!


Mario



13.



Lo primero que me gustaría es expresar mi malestar por la situación que estamos viviendo. Nunca hemos pasado por nada parecido y aunque el gobierno no lo ha sabido gestionar, solo espero que no le pase nada a mi gente. Creo que la naturaleza se está imponiendo a cualquier especie y nos está poniendo en nuestro sitio.

Me parece que con mucha prevención podemos poner de nuestra parte para que esto no vaya a más. Así que nos toca estar en casa. Y mi parte ermitaña se frota las manos porque soy muy casera. Acabo de empezar en un trabajo y ahora que no pierdo 2 horas en ir y volver, tengo más tiempo para dedicarle a prepararme cosas. No pierdo el tiempo y me siento más productiva (Y además no tengo que aguantar a mi jefa y ahorro en gasolina y maquillaje) 😉

Soy privilegiada porque tengo perro, vivo en un ático con terraza y estoy recién casada buscando un bebé...ay lo dejo.

Últimamente me quejaba de encontrarme en un mundo que no me gustaba. Y estos 15 días me han servido para ver que era lo que hacía yo lo que no me gustaba. Juego más con mi perrete, he sacado un puzzle que dejé hace años a la mitad, ya me he leído dos libros (añoraba el tiempo y el silencio para hacerlo) y ahora hago más deporte.

Es cierto que hecho de menos el contacto humano, pero las tecnologías han hecho posible que pueda tomarme una cerveza con amigos por Skype los fines de semana o que hable todos los días con mi madre. Con toda esta historia , tengo mucha más relación con la gente que antes.

El tiempo nos está ayudando porque lloviendo no apetece estar en la calle. A ver cómo controlas tu a un país como es España cuando haga sol después de un mes de reclusión... la que se va a liar en la calle va a ser gorda!

El espíritu de solidaridad y de ayuda me han sorprendido gratamente. Todo el mundo luchando a una sin color ni bandera. Es una gran lección la que hay que sacar. Estoy muy orgullosa de España y de todos nosotros.

Todo sea por una buena causa #yomequedoencasa


Firmado: La ermitaña

14.

El valor de tener tiempo

Desde hace diez días estoy en casa saliendo lo justo, solo para pasear a mi perra Tera y a comprar comida, y solo si es necesario. Pero de esta situación me he propuesto sacar cosas positivas porque soy una mujer afortunada de estar donde estoy, de vivir donde vivo, de tener lo que tengo.
El confinamiento lo estoy pasando en casa, en un piso cómodo, cálido, con todo lo que te hace una vida cómoda. Así que, aunque me toque estar encerrada, reconozco que teniendo todo lo que tengo, no me voy a quejar. Hace poco, en enero, estuve en Lima (Perú), desarrollando proyectos sociales en uno de los barrios más pobres de esta ciudad. Los amigos y amigas que dejé están también confinados y puedo asegurar que sus casas no son como la mía. No tienen todas las comodidades que tengo yo, que tenemos la gran mayoría de españoles. Pienso mucho en estos amigos y amiga Limeñas y hablo casi a diario por WhatsApp, y pienso lo que sería estar en viviendas como las suyas, y pienso que eso sí sería duro…así que sí, dentro de lo que supone no poder salir, me siento afortunada por poder estar donde estoy. Por ello, agradezco tener lo que tengo, estar donde estoy, tener tiempo para hablar con ellos, y para ir diseñando nuevos proyectos  para implementar allí el año que viene.
A mis 51 años siempre me he sentido una persona bastante libre.
He decidido lo que he querido hacer en cada momento, ahora con el tiempo me doy cuenta que hay cosas que me hubiera gustado hacer y no hice, pero en general creo que pocas, porque he escuchado al corazón y me he dejado llevar, y me siento afortunada. Nunca pensé que en mi vida me tocaría vivir una historia como esta. La libertad, la libre circulación, decidir si entrar o salir, lo he tenido siempre, y nunca pensé que en algún momento iba a dejar de tenerlo. Por ello, estos días estoy reflexionando mucho sobre lo que supone para un ser humano no tener esto, y a través de estos pensamientos conecto con las personas que no son libres, que nunca lo han sido; con las que no tienen capacidad para decidir si entrar o salir, porque alguien se lo está prohibiendo. Y esto, me está haciendo más fuerte, estoy cada vez más convencida de que parte de mi vida la voy a dedicar a ayudar a mujeres para que sean libres, libres de verdad, que sientan su poder y que pueden ser generadoras de energía imparable, como vengo haciendo desde el 2014. Ahora tengo tiempo para reorganizar nuevas propuestas, poner al día el blog www.musicoterapiaforlife.com, o leer sobre violencia de género y musicoterapia.
Así que este tiempo en el que no puedo salir, estoy aprovechando para hacer cosas que requieren tiempo y no siempre lo tengo. Por ejemplo, en pleno curso leer literatura. A veces es difícil porque doy clase y me toca leer sobre materias específicas y trabajos de alumnos. Ahora además de esto me da tiempo a leer libros de literatura. Acabo de leer el último libro de Almudena Grandes: La madre de Frankenstein. Totalmente recomendable, y ya tengo preparado el de “Inés y la alegría” de la misma autora. Tengo tiempo para leer libros y esto para mi es ya un respiro importante.
Otra cosa curiosa ha sido que he hablado con gente que llevaba sin hablar. ¿Por qué? Pues porque con la excusa de que preguntan o preguntan cómo va todo, se reinician conversaciones que se habían quedado aplazadas. Así que, pienso que si no hubiera sido por esto, igual hubiera pasado otro año sin retomar conversaciones que han acabado siendo fantásticas. Y esto sirve también para la familia. Estoy teniendo tiempo para hablar con ellos. Escuchar música, poner al día mi web (www.musicoterapiaforlife.com), escribir, organizar espacios de la casa, papeles, son cosas para las que estoy teniendo tiempo, que de no ser así, no lo hubiera encontrado, porque a menudo aplazo lo que no es urgente.
Así, que sí, entiendo que nos cueste estar en casa por “imperativo legal o sanitario” y por supuesto mi mayor respeto a quien está enfermo o ha muerto por este virus,  pero no quiero quedarme con la queja, con lo negativo, con lo mal que estamos. Quiero pensar que le podemos sacar partido. Que de esta circunstancia pueden surgir cosas positivas, y podemos aprovecharla incluso para generar nuevas redes, nuevas formas de trabajo, nuevos proyectos, nuevas formas de vivir, que puedan ser mejores, que nos puedan llevar a una mayor conexión y solidaridad.
“Carpe diem y vivamos”.

Empar

15.

DIARIO DE UNA ENFERMERA

Son las 6,15 y suena el despertador, aunque llevo despierta un rato. Ha sido una mala noche. Llego al hospital y me visto con el EPI (equipo de protección) dispuesta a sudar las próximas 12 horas. Entro en el box escuchando solo mi propia respiración y allí estas tu!

Mi paciente! Intubado, dormido e indefenso. Y te llamo: Pepe!!! Buenos días! ! Vamos Pepe, lucha!! Con lo que tu has sido y lo que has pasado y que venga este "bicho" a fastidiarte!!! Vas a poder con el!!! Venga!!!
Y le cojo la mano porque se que su familia lo haría,  y le sigo hablando porque se que su familia lo haría.
Y de pronto, oigo una música: es tu teléfono que esta junto con tu ropa en una bolsa. Y vuelve a sonar una y otra vez. Y mientras trabajo estoy sintiendo la angustia de familiares y amigos que quieren hablar contigo....pero no tienen respuesta.
Y en mi garganta se forma un nudo que hace aún más difícil la respiración dentro del traje.
Y salgo del box y la historia se repite, exactamente igual con el siguiente paciente.
Hoy, en otro box, se han cansado de luchar y "el bicho" ha vencido. Veo a su familia que pasa para despedirse de el.  Como podemos pedir a unos hijos que se despidan para siempre desde la puerta de un padre con el que hace escasos 20 días paseaban, comían,  reían! !!  Inhumano. Y aun así,  se marchan dándonos las gracias. Y nuevamente el nudo en la garganta que no me deja ni soltar una palabra.
La jornada termina y de camino a casa, en la soledad de mi coche, me relajo y lloro.  Lloro de tristeza, de impotencia, de frustración....
Pero oigo algo! Son aplausos,  bocinas, silbidos... de, tal vez, la familia de Pepe, que me pide que siga hablándole,  cogiéndole la mano y trabajando para que salga adelante. Y me seco las lágrimas y  aparece una sonrisa en mi cara. Porque llegare a casa, me acostare y, a pesar de que no dormiré bien, me levantaré mañana con la esperanza de que, tal vez, sea el día en que Pepe abra los ojos y me mire. Y entonces volveré a llorar.....pero de alegría.


UNA ENFERMERA DE UCI.
16.



Esta situación que estamos viviendo, para mí es una oportunidad más grande de las que ya solemos tener a diario, para seguir trabajándonos a todos los niveles (sobre todo en el mental y espiritual). También para ver cómo nos relacionamos con nuestro entorno, desde el más próximo al más lejano y a nivel Humano con la naturaleza.
Ahora tenemos muy buena ocasión para vernos a nosotros mismos, ver qué sentimos, qué pensamos y de cómo estos sentimientos y pensamientos impulsan nuestras acciones, decisiones y crean la realidad que vivimos. Siempre está en nuestras manos el crear una nueva forma de vernos, tanto a nosotros mismos como al resto del mundo, y podemos hacerlo en cualquier dirección.

Hasta el momento nos suele mover el miedo, un miedo que tenemos programado en nosotros y heredado de muchas generaciones

Ese miedo, en muchos casos, a no tener el supuesto control sobre una situación. Pero podemos buscar y descubrir que hay también otros pensamientos y emociones con las que podemos movernos y vernos a nosotros y al resto. Utilizan otras energías, como las que nos proporcionan el amor, la confianza, el respeto, la solidaridad... entre otras, e intentar aplicarlas en nuestro día a día y así hacer un cambio en el prisma con el que nos vemos a nosotros, a la Humanidad, a la vida... y crear así una nueva realidad tanto personal como con el mundo, con la ayuda de todos.

Podemos buscar responsables de todo lo que nos pasa y pasa en el mundo o responsabilizarnos nosotros con aquello que podamos hacer y esté a nuestro alcance.

Descubrir qué acciones, intenciones y enfoques utilizamos a diario que podamos cambiar y, sobre todo, que queramos hacerlo. Una vez descubierto, solo queda ponerse en marcha, ocuparse, empezar a trabajar poco a poco, diariamente, para ir creando desde este mismo instante, aquellos cambios que nos gustaría en nosotros y en el mundo.

Hay acciones muy poderosas, como dar lo mejor de uno mismo. Esto tiene un efecto muy fuerte de cambio a todos los niveles, tanto en nosotros como en los demás. Pero tenemos que creer realmente en ello, tener fe, para que así se manifieste todo ese potencial de cambio. Solo tenemos que darnos la oportunidad de experimentarlo, de descubrir todo aquello que nos puede aportar individual y colectivamente.

Esta es mi humilde y limitada visión de la "realidad", aquello en lo que creo e intento trabajar lo más asiduamente posible.


Con todo mi aprecio!


Guillem



17.

¡Deja de matar y márchate!
Devuelve la sonrisa a nuestras vidas,
detrás de cada vida hay un amor.

Las ganas de volvernos a tocar...
La ganas de besarnos y abrazarnos...

Y podremos salir,
volveremos al bar,
a la pelu y al mar
y los niños al parque, 
a jugar y a correr
y al colegio también.

¡Déjanos, por favor!
que es mejor el calor,
no nos mates sin sol.

Isi


18.




Estimada amiga Rosa,


Una vez enterado de que os encontráis bien, noticia que me alegra muchísimo, te puedo contar cómo nos encontramos mi esposa y yo.
Estamos considerados por los mandatarios de Sanidad, como personas de alto riesgo -por nuestra edad y condiciones de salud- mi esposa tiene problemas de movimientos, esfuerzos y visión y yo, casi lo mismo. Una prótesis en una rodilla, unas lumbares que si las sacara al mercado nadie daría ni un céntimo por ellas, tensión ocular, etc.
Pero soy el que va a las compras, al Banco y a todo lo que sea salir de casa...así que hazte una idea cómo me encuentro desde hace 14 días que no salgo de casa.
He conseguido a través del Ayuntamiento, llegar a Servicios Sociales y darles una lista de alimentos y cosas necesarias. Han hecho lo que han podido, pero no lo han traído todo. A la semana próxima lo intentaré de nuevo.
El problema más grande al encontrarte aquí, clausurados en esta Cuarentena -que la va a  alargar Dios sabe cuánto- es lo que llegas a pensar e imaginarte, lo que nos puede pasar en cualquier momento, con tantos discursos de lo que debes hacer, de lo que no puedes hacer, si te duele la cabeza, si tienes tos, si estornudas... En mi vida me he lavado las manos tantas veces como lo hago ahora, y si tu "bola" comienza a pensar, qué es lo que debes hacer llamando al teléfono que te indican y que yo sé que están llamando y no lo coge nadie, porque se encuentra saturado... ¿Qué hacer? Y si consigues que se entere algún policía y, al final, se te llevan, a mi mujer la dejan aquí sola y sin nadie- se muere antes que yo, pues mis hijos viven en Valencia capital. Mi hijo tiene un crio de 9 años y no podría venir y mi hija tampoco.
Y cuando a mi me llevaran a un Hospital para la prueba, te tienen 24 o 30 horas para revisarte, y eso si no te dejan como persona con pocas posibilidades de curación por la edad, y se dedican a otro algo más joven.
Todo esto te hacen pensarlo, y la verdad es que van a continuar con la Cuarentena, hasta mínimo el 11 de abril. Pues, creo que lo que debo hacer, como mi mujer, es cambiar de forma de pensar, vivir a gusto, tranquilos aquí en casa. Cuando haga frio, un poco de calefacción eléctrica y tapados y cuando salga el sol, salir a la terraza nosotros y la ropa de abrigo para que le de el sol. Creo que es lo más positivo que podremos conseguir. Precisamente hoy es el primer día desde que comenzó la Pandemia que ha bajado el número de fallecidos. Nada menos que 83 menos que ayer, ya es algo importante, esperemos que mañana podamos decir lo mismo.
El tiempo en casa, a veces, se me asa volando. Cojo mi ordenador y me dedico a ir clasificando los tipos de las imágenes, si son de la familia, de la naturaleza, antiguas, amaneceres, chistes, de política, que hay muchas...
Como mi profesión ha sido la marina, pues tengo una carpeta con muchos barcos distintos, principalmente de vela, desde el Juan Sebastián Elcano, hasta cualquier Goleta con más de dos velas. Me distrae tanto, que muchas veces me llama mi mujer avisándome para preparar la mesa y ponernos a comer. Ella cocina y lo hace muy bien.
Y creo que el cambio de pensar y de actitud es lo mejor que podemos y debemos hacer. Contactamos con la familia, con los amigos, los buenos amigos y las buenas amigas, y quedarnos en casa el tiempo que haga falta y que salga el sol por Antequera, si quiere, que nosotros estaremos aquí hasta que el sol salga por donde debe salir, frente a mi casa. 


Te envío un fuerte abrazo. 


Rodolfo







19.



Horas de confinamiento, horas enclaustradas, todos aceptamos el momento que nos ha tocado vivir. No hay otra.  Hay que ver la capacidad de resistencia que tiene el cuerpo, no queda más. Colaborar con resignación, ahora es el momento que nos hace pensar reconocer los errores para poder rectificar. Todo lo que día a día hemos estado haciendo debido al ritmo de vida que llevamos, no somos conscientes de que muchas veces abandonamos lo más cercano y más preciado que tenemos que es la familia, pareja etc.








La familia sí, es hora de recapacitar y aprovechar. También es verdad que la convivencia a veces es difícil, pero como todos. Somos humanos y como seres racionales todos pecamos, a ver, quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Por supuesto, no incluyo en este colectivo a esas personas que están pasando un infierno, aquellas que la convivencia es insoportable, las admiro, las respeto y las aplaudo cuando deciden romper los lazos que les une y comenzar a andar por sí mismas. 
En éstos días tan monótonos, debemos buscar diferentes alternativas que nos hagan, de cuando en cuando, evadirnos de la situación por la que atravesamos y, aún más, cuando hay niños pequeños en casa. 
Ellos no comprenden bien lo que pasa, no pueden ir al cole, tampoco ir al parque ni ver a sus amigos y jugar con ellos. Mantened la calma, transmitid serenidad y comprensión. 



Son días difíciles para todos y aún más para ellos. Muchas veces hacen travesuras simplemente porque reclaman nuestra atención. Es hora de programar actividades lúdicas en familia, tales como preparar recetas de la abuela que estaban aparcadas por falta de tiempo y ponerlas en práctica, hacer actividades manuales, dibujar, pintar, recortar, leer cuentos, escenificarlos, disfrazarse, tocar algún instrumento, bailar, hacer ejercicio en el salón o habitación, jugar con ellos, hacerlos partícipes de juegos de mesa... es el momento de disfrutar de ellos, seguro que os lo agradecerán y lo agradeceréis y así el tiempo que tengamos que estar confinados será más llevadero. 




Cuidaros mucho, mucho ánimo y besos virtuales para todos. 









Freda



20.


TERAPIA DE LIMPIEZA POR FUERA Y POR DENTRO

Me gusta referirme a esta situación como una liberación más que como un encierro. Una liberación de quehaceres aparcados en un rincón con la promesa de hacerlos “cuando tenga tiempo”; de la acumulación de recuerdos que ya no forman parte de mi presente y sin darme cuenta, me pesaban y ocupaban espacio; de papeles, escritos, anotaciones… sin un sentido hoy en día.
Parto de la base de ser una persona casera, que disfruta de estar en casa sin que se me caiga encima. Siempre he encontrado la forma de disfrutar en ella, sola y con mi pareja. Por ello, no me agobio ni me aburro por no poder salir. Estoy aprovechando esta situación extraordinaria para utilizarlo como una terapia de limpieza en muchos sentidos: de la casa en general (tareas domésticas, ropas, armarios, …) y de mí misma en particular (cuidándome y queriéndome, dedicándome tiempo con eso que me hace sentir plena… leyendo, meditando, haciendo ejercicio o simplemente disfrutando de cada momento, de cada mirada, de cada risa con mi chico).
Estoy completamente convencida que todos vamos a salir con un gran aprendizaje de todo esto. Primeramente, nos conoceremos más a nosotros mismos ante algo imprevisto e impensable, nos enfrentamos a nuestros miedos, inseguridades y debilidades. Siempre nos estamos quejando de esa falta de tiempo para hacer o dejar de hacer tal o cual cosa… bien, ahora lo tenemos. Es el momento de ser flexibles, solidarios, capaces de aplazar momentos, situaciones, besos, abrazos, celebraciones, … Y darnos cuenta que podemos hacerlo TODOS.
Si, es cierto, toda esta pandemia también trae esa otra parte negativa que no podemos ignorar, la de las muertes, la de los hospitales y personal sanitario desbordados, la paralización de tantos trabajos, la de las calles vacías, la del miedo en la mirada de la gente… pero también de todo esto sacaremos aprendizaje.
De esta situación quiero compartiros el vivir en primera persona el contagio de mi hermano, de sufrir desde la distancia el no poder estar con él. En un principio pensé en lo peor, pero afortunadamente está pasándolo en casa, con momentos difíciles de malestar, pero ya recuperándose. Él me ha demostrado la importancia de afrontarlo de manera positiva, sin dramatizar, sin dejarse llevar por el miedo pero también sin bajar la guardia.
¿Y qué me enseña todo esto? Me confirma lo que tengo claro hace mucho tiempo: La actitud ante cualquier situación te hace vivirlo mejor o peor, sacar lo positivo o quejarte y renegarte. 
Tú decides, en tu mano está. 

SIL


21.


--OPINIÓN DEL VIRUS--

Pienso que, aunque sea muy contagiosos, solo puede provocar problemas mayores en personas de 3º edad y gente con problemas respiratorios o de cardio.
Entiendo que se tome una cuarentena como medida para intentar erradicar el virus, ya que se lo podemos transmitir a los colectivos nombrados.

--CONFINAMIENTO--


Al principio lo llevé bien, ya que solo salía de casa los fines de semana (o ni eso) y para ir al instituto, que total también nos encerramos ahí, pero estabas con tus amigos y compañeros.
Después de dos semanas ya me empiezo a cansar y a querer salir, También empiezo a echar de menos a los amigos , aunque hable con ellos por la Play y videollamada.

--PREOCUPACION POR LAS ACCIONES DE LA GENTE--


Después de ver que las personas se volvían locas comprando papel higiénico y cantidades de comida, ya no sé qué esperar. Me preocupaba que hubiese problemas de abastecimiento, pero parece que la gente ya se ha calmado.
Espero que no se harten de estar en casa.

--INFORMACIÓN--


Siento falta de información sobre el virus y los problemas que puede causar, ya que me han contado historias de gente contagiada.
Gracias a esto, mi abuela y yo, nos hemos apostado un euro y un chicle, por ver cuánto tiempo nos tienen encerrados en casa.

--IRRITACIÓN--


Irritación por comentarios en redes sociales y en la televisión.
- Televisión: Me parece bien que en las noticias se informe de los últimos acontecimientos sobre el tema, que hagan alguna mención y ya, pero que no se pasen todo el tiempo, hablando del mismo tema todo el rato.
- Redes sociales: lo mismo. Solo se habla del coronavirus y gente aprovechándose del tema para ganar reconocimiento, como una falsa enfermera que decía que "nos están mintiendo y que es más grave de lo que pintan".

Polux  
                                                  22.



Mi querida amiga Rosa ha pensado en mí para participar en esta fantástica iniciativa, y con mucho gusto os cuento mi experiencia. He esperado unos días para ver si cambiaba mi percepción o mi actitud ante este confinamiento, pero sigo pensando y haciendo lo mismo...

Todo lo que voy a relatar lo hago desde el más sincero respeto a las personas que no pueden dedicarse tiempo debido al trabajo, los hijos, la atención a mayores, etc. 

La verdad es que para mí no ha supuesto demasiado sacrificio estar de encierro constante, pues llevo justo hoy (28 de marzo) tres años, saliendo de otra enfermedad maldita (esto podría haberlo obviado, pero me parece que así se me va a entender mejor), por lo que ya no trabajo y paso mucho, mucho tiempo en casa.

Tengo la suerte de que me gusta estar en casa. Siempre encuentro algo para hacer, y otras veces, simplemente no hago nada, lo cual también me parece necesario, cerrar los ojos e intentar dejar hasta de pensar.

Lo que peor llevo de todo esto, aparte de no poder ver ni besar o abrazar a mi madre, es tener que salir a la calle... no suelo ser una persona hipocondríaca, pero todos mis familiares y conocidos me avisan de que tengo "factor de riesgo" al ser paciente oncológica, por lo que tomo muchas precauciones a la hora de salir. 

Siempre las mismas zapatillas, que me quito en el descansillo al volver y cuya suela rocío con una solución de agua con lejía, mascarilla (¡¡sí, he conseguido una mascarilla FFP3!!) y guantes de látex. Ropa fuera y a la lavadora y ducha de cuerpo entero.

Desde mi punto de vista, las personas que vivimos solas tenemos la ventaja de poder hacer en todo momento "lo que nos dé la gana", organizarnos bien, o como el culo (como es mi caso), pero creo que en este momento tenemos que hacer un esfuerzo por mantenernos ocupad@s/entretenid@s en otros asuntos que no sean coronavirus, coronavirus, coronavirus.

La máxima desventaja, irónicamente, es vivir sol@... no tener afecto humano presencial, pero se puede aliviar, en parte, con "el sucedáneo" actual, las videollamadas.

Siempre he sido una persona muy positiva, y en este momento aprovecho para hacer un inciso y decir que es IMPRESCINDIBLE para ayudar a los profesionales en el tratamiento de cualquier tipo de dolencia. 

Por ello, a causa de mi reciente enfermedad, estoy bastante "entrenada" en tener una actitud y pensamiento optimista (al margen de la tristeza de la situación y de las miles de pérdidas humanas) y encontrar algo bueno de cualquier miseria.

Y bien, algunas de las cosas con las que ocupo mis días ya las he mencionado, como el no hacer NADA, las videollamadas a tres o a cuatro simultáneamente. Pero también el retomar libros olvidados, salir al balcón y solo oír el trino de los pájaros, hacer limpieza en redes sociales de gente bastante tóxica, maleducada e ignorante, limpiar y ordenar armarios con ganas y alegría, probar nuevas recetas de cocina, pensar en qué nueva actividad puedo proponerles a mis sobrinos para que no se aburran (la última ha sido que me hagan una caja decorada a su manera para guardar recuerdos, pues esto me ha pillado en medio de una mudanza) y así también liberar a sus padres un rato, emocionarme con facilidad, otra vez, con mis películas favoritas o simplemente decir, sin vergüenza alguna, "gracias" (a dependientes de comercios, transportistas, cuerpos de seguridad, etc.) y "te quiero" a las personas que, de verdad, echas de menos.

En definitiva, dejando aparte las personas que se nos han ido y el -esperemos bajo- impacto en la economía, estoy convencida de que era inevitable, nos hacia falta y/o nos merecíamos algo como esto.

En el fondo hay algo bueno, lo que no sé es si seremos capaces de retenerlo para el futuro o si el primer día que salgamos a la calle y volvamos a la ¿normalidad? se nos borrará de un plumazo toda la solidaridad, generosidad, valores, agradecimiento, necesidad de limpieza y regeneración ambiental... en resumen, ¿seremos capaces de volver a ser humanos, nosotros que nos autodenominamos "sapiens"?


Carmen



23.



SAPIENS SAPIENS O LOST SAPIENS? 


FASE 1: INTRODUCCIÓN.



Quiero empezar agradeciendo a todas las personas que sacrificaron su vida y familias a través de la historia hasta la actualidad y el sufrimiento recibido por ello, incluyendo a todos los que hoy están trabajando y comportándose correctamente tanto para ayudar a reducir la infección, como para garantizar nuestra subsistencia; igual da si lo hacen voluntariamente como si no, como si sirve para algo o no; lo importante es la intención.


Siempre han existido personas que no se conformaron con las ideas y doctrinas impuestas por el “Sistema de Control” (vamos a llamar así al conjunto de poderes fácticos; gente poderosa que nunca veremos sus caras y que controlan política, economía y religión básicamente, que han controlado y controlan el funcionamiento de las comunidades humanas desde su nacimiento principalmente a través del miedo y el poder). Pues estas otras personas (las justas e inconformistas, las conscientes), como pueden ser algunos inventores, investigadores, científicos, filósofos, artistas, políticos, agricultores, gente modesta, etc.… que fueron y son perseguidos, silenciados, demonizados, castigados y eliminados según convenga para eliminar el libre albedrío, así como la libertad de expresión y sentimiento entre otras libertades, deberían ser nuestra principal referencia en la vida, pero como iremos viendo incomprensiblemente no es así, porqué terminamos abandonándolos a su suerte por miedo y poca convicción; ya que todos hemos sido adiestrados para obedecer y servir a otros fines, erradicando en nosotros la creatividad, la compasión y la consciencia, mientras nos gravan a fuego en el inconsciente el miedo y la sumisión; quedando perdidos, alienados. Tenemos ejemplos actuales de músicos encarcelados por sus letras, políticos por sus ideas y muchos más ejemplos que os dejo para que penséis y encontréis por vosotros mismos…. Preguntémonos porqué los políticos que realmente se preocupan por su pueblo duran tan poco y los cohechados tanto. ¿Porqué la política es una carrera y no una vocación temporal? ¿Porqué con tantos políticos que existen y han existido solo me viene a la cabeza como estandarte de estos buenos hacedores actuales el Sr. Pepe Mújica o el actual alcalde de mi pueblo? Pues porque hay muy pocos que empiecen y terminen siendo así; ya se encarga el Sistema de Control de eliminarlos, defenestrarlos, acorralarlos, amenazarlos o corromperlos por muy fantástico que esto nos parezca.




FASE 2: SITEMAS DE CONTROL.

Separarnos y enfrentarnos es una gran idea. ¿Cómo? Con estados y banderas, con fronteras, con religiones y razas, con guerras y exterminios, y también confinándonos en casa utilizando el miedo con amenazas inventadas o creadas con esa intención. ¡Y todos lo aceptamos con naturalidad!
Seguro que hay fórmulas para no tener que llegar a tantos extremos. Pero no confundamos países, banderas y religiones con las diferentes culturas, que son una sublime expresión de la diversa riqueza y sabiduría global que contienen.
Por lo visto pocos son conscientes de esto, y va más allá: todos los seres vivos somos parte del planeta y estamos interconectados, por lo cual, la desaparición de una especie animal o vegetal es la pérdida de una parte de nosotros mismos y va en nuestro propio detrimento. Pero claro, los intereses económicos de unas pocas multinacionales y en definitiva de estos poderes fácticos, prevalecen ante cualquier otro interés; ya se encargan de comprar voluntades y Estados. Este poder tiene la capacidad de extinguir especies, de controlar la producción de semillas modificadas genéticamente (contra esto ya existen bancos de semillas populares que guardan las semillas antiguas y viables, las de ellos no son viables en el tiempo por lo que tendríamos que volver a comprarles para poder cultivar y podrían no querer vendernos las...), de extinguir tribus y pueblos ancestrales con sus culturas, de contaminar cultivos, de exterminar todos los insectos y arrasar con la microfauna del suelo (que es la que asegura un suelo fértil y sano, y vela por la diversidad y el equilibrio de los ecosistemas), con sus productos de síntesis, de controlar medicamentos que no curan y nos enferman más y de sus placebos, y de vendernos alimentos insanos que nos debilitan, así como demonizar a los que promulgan la curación con plantas y otros estilos de vida y alimentación, o como confinarnos en ciudades y evitar que la población vuelva al campo y al bosque para evitar que seamos independientes. Viviendo en macrociudades somos más fáciles de controlar y nos convertimos en seres dependientes. ¿No os parece?
Otro invento es el Capitalismo salvaje: cada año debe incrementar los beneficios sino está decreciendo (¡pues que decrezca! ¿a quién le interesa esa mierda?), eres más reconocido y serás más feliz cuanto más tengas (¿seguro?, ¿eso quien cojones lo dice? ¿a cambio de qué?). Pues la felicidad no va relacionada con la acumulación de bienes y dinero, sobre todo si esta va en detrimento de tu tiempo y salud física y mental y de tu alma, y si te aprovechas de otros para conseguirlo. Pero claro, si solo te dedicas a trabajar y consumir, seguramente no tendrás tiempo de pensar y crear, ni de realizarte como individuo. Precio de lo comprado=Horas de trabajo= Tiempo de vida. 
¿Estamos regalando nuestras vidas? ¿Necesitamos tantas cosas materiales para ser felices? ¿Ese consumo incontrolado no terminará con los recursos de la tierra y al mismo tiempo producirá los desechos contaminantes que la destruirán? ¿Y ese desmesurado consumo no contribuirá también a la mayor extinción de especies en tan poco tiempo que la tierra ha conocido? ¿Vamos hacia la 6ª extinción? ¿Es necesario consumir productos fuera de temporada y con una huella de carbono escandalosa? ¿No podemos consumir productos locales y de temporada y así activar la economía local en vez de alimentar macroempresas ultra contaminantes y destructoras de selvas y bosques para satisfacer nuestra infelicidad insana diaria?
El cuerpo necesita en cada época del año un tipo de alimentos de acorde con ella, por eso existen frutas y verduras de temporada, la naturaleza marca el ritmo no una multinacional. ¿Nadie te lo dijo?
¿Trabajamos en lo que nos gusta o somos esclavos del sistema a cambio de sobrevivir? ¿Estamos vendiendo nuestras almas por una falsa comodidad?
Ya no sabemos hacer nada, todo lo compramos y empaquetamos, perdimos la sabiduria ancestral y la conexión con la realidad y los procesos naturales. Somos cada día más dependientes e ignorantes.
Ahora es el momento de plantearnos todo este entramado maquiavélico y despertar o seguir acercándonos a un verdadero “Matrix”. Todos tenemos el poder de cambiarlo todo, pero para eso hay que recuperar la confianza en uno mismo y romper con todo lo que nos esclaviza. 
¡Para eso sí que hay que ser valientes de verdad!
¿Dios existe? Sí! Pero no es el que te inculcó el Sistema de Control. Es una inteligencia universal de la que todos formamos parte, por tanto tú eres parte de ello y eres tu propio Dios. Empezarás a reconocerlo en ti cuando conectes con tu subconsciente y salgas de la mente que es el propio ego. Esto ocurre muchas veces cuando actúas por intuición ¡úsala!

FASE 3: MOMENTO ACTUAL.

Ya hace mucho tiempo que se están haciendo pruebas con agentes biológicos para usarlos como armas de guerra y sustituir así las bombas y soldados. Las guerras en el hemisferio sur siguen siendo diseñadas por países del hemisferio norte y ejecutadas con bombas y soldados (economía de sangre), pero en el hemisferio norte son económicas, y estos agentes biológicos cumplen perfectamente para el propósito.
¿Cómo? Ya han habido varias pruebas de ello. La más reciente seria la “Gripe A”; en la que muchos estados invirtieron un dineral en las vacunas que nunca fue necesario utilizar. Pero posiblemente este no sea el caso del “Coronavirus”, como veremos posteriormente.
¿Como actúa y repercuten estas acciones con agentes biológicos en personas y Estados?
Se sueltan cepas del virus e inmediatamente empieza el pánico porque tenemos miedo a contaminarnos, y ya hay un motivo para crear un estado policial con restricción de libertades, que es aprovechado para experimentos masivos de control social, eliminar y reducir población innecesaria para el Sistema de Control, arruinar economías y luego enriquecerse con la fabricación de productos y elementos necesarios para teóricamente combatir el problema (por ejemplo vacunas).
En un mundo globalizado como este, el problema se extiende rápidamente a todos los países. (Viajamos y nos movemos mucho, demasiado!). El tráfico aéreo es uno de los mayores contaminantes.
No se invierte lo suficiente ni en cantidad ni en calidad de la Educación (un pueblo inculto y adiestrado es fácil de manejar), Sanidad (se intenta privatizar con claros intereses) e Investigación (solo se investiga para sacar un rendimiento económico, no social) y nada en investigación con plantas y elementos naturales (esta práctica arruinaría a las multinacionales farmacéuticas; dueñas también de muchas otras empresas de productos fito-sanitarios, semillas manipuladas, insumos agrícolas y un sinfín más de empresas que en conjunto dominan nuestras necesidades primordiales de consumo diario).
Podríamos decir que entre Farmacéuticas, Bancos, Empresas Armamentistas y Alimentarias y los Medios de comunicación de masas junto con las de Tecnología digital, tienen el reparto del pastel mundial. Los Países y sus Gobernantes no controlan nada, son simples trabajadores del Sistema; por lo tanto no nos representan. Tienen poco margen de actuación.
Cada individuo y sus actos tendrían mucho más efecto de resistencia y cambio si se alinearan en conjunto para conseguir algún fin. Por ejemplo: si deciden todos los habitantes de la zona Euro sacar el dinero de los bancos simplemente unos meses se podría obligar a negociar a estos, o si se deja definitivamente de usar en agricultura sustancias químicas, obligaríamos a estas macro empresas a investigar en productos naturales para tener algo que ofrecer al sector, lo mismo si somos más conscientes en la alimentación y el uso de remedios naturales en salud. Respecto a las armas es un poco más complejo el poder influir y menos aún contra las biológicas.
Por otra parte, la despoblación de zonas rurales y montañas tiene muchas y malas repercusiones tanto para el humano como para la misma naturaleza. Sin embargo en España los diferentes gobiernos solo crean medidas y jurisdicción para reducir esa población rural, así como dificultar y castigar a los que intentan volver y habitar estas zonas y pueblos abandonados. No interesa gastar en servicios y recursos para zonas con poca población, que además, se convertirán en grupos humanos más independientes, creativos y librepensadores.

FASE 4: ALGUNAS CONCLUSIONES LLENAS DE INCERTIDUMBRE. CORONAVIRUS.

Vivimos en una era de exceso de información, lo cual nos obliga a conocer y elegir muy bien las fuentes de donde la conseguimos para poder ir dilucidando la realidad que nos envuelve y leer mucho, mucho, mucho… sobretodo libros prohibidos, olvidados, y no recomendados por el Sistema de Control. Lo que se nos oculta. La ventaja de Internet es que si sabes cuales quieres los puedes encontrar.
Puede pasar mucho tiempo aún hasta saber la verdad de lo ocurrido. Pero me atrevo a deciros que cuando quede claro vamos a alucinar de verdad…
¿De dónde procede el Coronavirus y quién se aprovecha de ello?
A. De su procedencia hay varias versiones:
- Viene de animales.
- Se elaboró en laboratorio.
- Se produjo en una ciudad china en la que existe el mayor despliegue de 5G (nuevo cambio en las vibraciones electromagnéticas de la tierra. Lo mismo ocurrió tras el invento de la electricidad, la rádio, internet, etc..). El punto 0 del origen. Ver breve explicación del Dr. Thomas Cowan.
Hay videos de científicos e investigadores explicando todas ellas. Yo me quedo con la tercera. Os recomiendo investigarla.
B. ¿Quién se aprovecha de ello?
- Países y sus Estados. (control de masas)
- El Sistema de Control. (control de la economía global, Multinacionales y grandes empresas)
- La propia naturaleza como autodefensa. (sanación propia)
En este caso creo que salen beneficiados los tres.
C. ¿Quién se perjudica?
- La economía global.
- Las personas en general.
- Trabajadores, Autónomos, Pymes, niños y ancianos (los más perjudicados). El caso de los niños y jóvenes es alarmante; tenemos 7 millones de jóvenes castigados sin salir, tomar sol y aire, relacionarse, etc... esto les pasará factura. Cuando un perro tiene más derecho a salir que un niño, aun cumpliendo con todo los protocolos necesarios, estamos cayendo en un pozo de contradicciones sin fondo. Estoy seguro que el tiempo pondrá todas estas barbaridades en su justo lugar.

FASE 5: RECOMENDACIONES.

- Libros: CONOCIMIENTO MARGINAL PARA PRINCIPIANTES (Montalk 2007) www.montalk.net (este libro contiene bibliografía específica para poder profundizar si se desea, en cada uno de los temas que trata)
- LA LEY NATURAL (Mark Passio) - Amor hacia todo ser vivo (tanto de orden animal como vegetal), Compasión y Conciencia (mira más hacia dentro y menos hacia fuera), Ayuda y Colaboración por el bien común, Respeto hacia el prójimo y Despertar de una vez... ya va siendo hora!
P.D. Los virus y enfermedades vibran a escala muy baja como los malos pensamientos, los enfermos, pesimistas, los insanos o infelices; mientras los humanos sanos y conscientes, felices y el amor y las buenas acciones hacen vibrar a escala alta. Por tanto, enferman y mueren antes los de baja vibración.

C.M.R.S. A~4





24.




DIARIO DE UNA CONFINADA


Dia previo al confinamiento: paseos distantes

Un día soleado espectacular para pasear, ¿hay más gente que otro día de fin de semana? Parecemos disfrutar del paseo, pero más separados los unos de los otros, forzamos las distancias. No es como otros tantos días de paseo, parece como si quisiéramos aprovechar el último día de una especie de “libertad” que se nos iba a arrebatar.

Día 1: mis circunstancias

Vivo sola, por lo que me toca vivir esta situación de confinamiento sola, que no lo considero ni mejor ni peor, sino lo que me toca vivir. Bueno, realmente sola no, estoy confinada con mis dos gatos, afortunadamente. Ellos se llevan la mejor parte de todo esto, se les ve más contentos de tenerme todo el día en casa; solicitan más atención y la tienen.

Día 2: el tiempo se hace lento
Parece que el tiempo fuera más lento. De hecho, parece haber más tiempo para hacer más cosas que en una situación de no-confinamiento no me planteo hacer. Puedo sentarme en la terraza a mirar embobada la calle, puedo plantearme limpiar el microondas (ya le iba haciendo falta…)

Día 3: atención a las pequeñas cosas

Este cambio de ritmo en el tiempo, sin darme cuenta, me invita a prestar más atención a lo más cotidiano, a lo que nos pasa desapercibido en nuestra vida “normal” acelerada. Cada pequeño acontecimiento, parece ir acompañado de una lupa que se presta a observar más aún: “no me había percatado que mi gato negro ronca bastante fuerte”, “hay nuevas flores de la maceta de la ventana: ¿están más rojas que antes?”, “una señora pasea todas las tardes en el balcón de enfrente, de una punta del balcón a la otra, con un recorrido de dos metros”.

Día 4: estrategia: organización del tiempo

Voy a seguir las recomendaciones para el tele-trabajo y me voy a planificar el tiempo: un horario! Pero no solo para el tiempo dedicado al trabajo, también para mis actividades de ocio, algo de ejercicio y mis tareas domésticas (como no). Y parece que funciona! Eso sí, me permito la licencia de saltármelo alguna que otra vez, no pasa nada.

Día 5: motivación

Hoy pesa esta especie de encierro, se hace largo. Me permito sentirlo, y acompaño el sentimiento, pero poco tiempo, no hace falta más. Luego, he podido recordar nuestra mejor contribución a esta situación. Se puede explorar más… proyecto en el tiempo, analizo, recuerdo.

Día 6: aceptación el cambio

Ayer estuve tomando el sol en la terraza, …hoy hace frío y el sol se fue.

Todo cambia, todo es temporal. Nos resistimos a convivir el con el cambio, pero esta situación cambiará, y muy probablemente nosotros con ella. Cada cambio aceptado, se convierte en algo nuevo aprendido.

Día 7: reflexiones

Hoy he tenido muy presente las cosas que añoro, lo que valoro. Mis prioridades parecen manifestarse más claras.

Esta incertidumbre me genera una cierta vulnerabilidad al no control de la situación. Pero cada día parece traer algo nuevo, por mucho que programe siempre tiene cabida la sorpresa. Si lo acepto así, empieza a revelarse un mejor no-yo, un yo que fluye con lo inesperado.

Día X: lo inesperado

Ya estoy en el día X… he dejado de contar.

Mi gato gris suele abrir los cajones que tiene a su alcance, pero hasta ahora solo abría los de tirador tipo asa. Después de reñirle muchas veces, hoy ha abierto un nuevo cajón con tirador de pomo. ¡Qué podré llegar a ver hasta el final de estos días de confinamiento!

No lo sé. Me dejaré asombrar…


"Abril incierto"


25.


Este texto muestra cómo un virus nos ha cambiado la forma de vida y relacionarnos, estar en casa en soledad te hace reflexionar de lo vulnerables que somos, la tv solo habla de sufrimiento y cómo esta terrible pandemia se ceba con las residencias.

Me dan especial pena los niños, mi sobrina de apenas 5 años no ve a sus amigos, no sale de casa, no va al parque y nadie le abraza ni le da besos... Dice que hay un virus por la calle que se llama coronavirus, "sabe perfectamente que algo va mal"... Tampoco hace falta explicarle mucho porque la inocencia de un niño es su felicidad.

Queriendo pensar que esto es ficción y no la vida, es tremendo ser testigo de tanta desgracia en las familias. Ha tenido que venir una pandemia a enseñarnos que el rencor y poca empatía por las personas no nos sirve de nada.

Sólo espero que venga pronto el día que podamos tomar una cerveza con mi gente y ver a los que más quiero.

Mucha salud para tod@s, que al final es lo único que importa.


Chust



26.



Tengo la suerte de vivir "Emociones"


Partiendo de la definición de una de las palabras que más me gusta en el diccionario de MiVida, EMOCIONES: “Sentimiento muy intenso de alegría o tristeza producido por un hecho, una idea, un recuerdo, etc.
Así defino yo mi confinamiento, como un cúmulo de emociones que todavía no se administrar y que hacen que cada día sea diferente al anterior.
En este mismo momento y a golpe de Saeta, pues hoy es Jueves Santo de esta tan extraña Semana Santa 2020 que nos está tocando vivir, voy a intentar describir todas esas emociones que he ido recibiendo desde el minuto cero de este confinamiento.
Amo a Mi Familia ante todo y por encima de todo. No tengo hijos, pero tengo dos Hermanas con sus respectivos y tres sobrinos, Eugenia 9 años, Javier 6 años, Candela 3 años que lo son Todo eso y Más… para mi (no se a cuál, me como primero) esta es una de las emociones que me ha robado-privado esta situación, esas tertulias de sobremesa sábado, domingo o ambos inclusive con todo incluido, aperitivo, paella, risas, gritos, café, dulces, diferencia de opiniones y Solecito, en fin un FinDe sencillo pero muy intenso que ahora valoramos como Oro.


Vivo con Mi Madre que esta en el Grupo de riesgo pues tiene 81 años recién cumplidos y con Currito un perro ( yorsay ) de custodia compartida, porque la dueña es mi hermana, pero lo cuidamos mi madre y yo.




Desde el primer momento, me confiné con ellos aquí … aquí seguimos … y aquí seguiremos…  He de deciros que ha sido una montaña rusa de emociones, yo que no soy llorona, pues venga, como en la vida…  Tristemente se nos marchó al Cielo un MuySpecialAmigo JoséLuís, no pudo luchar con más fuerza contra su enfermedad, pero esta le ganó la batalla. Esto dentro de una situación así y wasapeándote con tu grupo de amigos, es algo muy doloroso y a la espera desesperante de que alguien dé la noticia en cualquier momento. Pues Si así fue y así se marchó … en silencio aunque siempre estará en nuestros corazones.
24 horas después era esa fecha que todos esperamos Celebrar a tope con Familia Amigos Compañeros … FulEquip Mis 50 Años


Me negué rotundamente a que ese fuera mi día de Cumpleaños, sin mi familia, sin mis besos, sin mis abrazos, … vamos lo que requiere un CumpleañosFeliz, pero que he de decir que entre todos hicieron que fuera un CumpleañosSpecialmenteDiferente Desde todas las Felicitaciones recibidas incluyendo detalles como ‘Que te preparen sus dibujos para Emocionarte, que te envíen un vino para Brindar, Videollamadas de grupo de Amigos para Cantarte y Tus vecinos de la calle, después del merecido aplauso te canten el CumpleañosFeliz son Emociones que no tienen Precio.




Muchísimas Gracias a Todos ¡¡¡

Ahora con tanto tiempo para reflexionar he llegado al punto de que este confinamiento es uno de los mayores regalos que me pueda dar la Vida.
La parte negativa de esta historia se la lleva las personas que se está llevando esta mierda de bicho. Pero siempre hemos de Tener la firme Esperanza de que Dios nos Protege y Todo va a ir Bien ¡¡
Siempre pensé que no le dedicaba suficiente tiempo a mi madre, por el día a día, por el trabajo, por amigos, por cenas, por gim, siempre cualquier excusa hacia que terminara el día casi sin tener conexión con ella, siempre corriendo y a contra reloj.
Actualmente no paro de cuidarla, mimarla, quererla y darle toda mi atención. Intento que esté informada de la situación pero a su medida, me adapto totalmente a sus hábitos, para mantenerla activa al máximo, pues ella es una persona muy alegre y de sus paseitos diarios con el perrito, vivimos en una casa que afortunadamente tiene espacio suficiente para no aburrirte de hacer cosas y a favor, el poder pasear para que ella este bien activada, ahora desayunamos, charlamos, paseamos, rezamos el rosario, seguimos la misa, jugamos a cartas, vemos teatros, videollamadas, etc … y como no tertulia con los vecinos todos los días a las 8.00h para los merecidos aplausos a Todos los Valientes de las primeras filas de esta batalla, en fin un montón de actividades que no hubiera tenido tiempo para dedicarle así de intensamente si no hubiera sido por este confinamiento.
Esta es la parte positiva de este día a día, estas son las EMOCIONES que hacen que cada día sea diferente al anterior, siempre pienso que un día más es un día menos, así que Muchísimo animo a todos y Siempre Adelante... 
Nos vemos Pronto si Dios Quiere¡¡¡ 

La verdad tengo la suerte de vivir "Emociones"...

Mila

27.

No llevo la cuenta de los días de confinamiento. No sé. Quizás me niego inconscientemente a tachar días en un particular “amargómetro”. Sí creo recordar vagamente cuando empezó todo esto, cuando pasaban los días con esa maravillosa rutina que hoy nos resulta ya lejana, al tiempo que la primavera ya empezaba a cuajar sus brotes.

Noticias confusas que parecía que no iban con nosotros; nombres de ciudades desconocidas; países lejanos incluso en este mundo globalizado… No, parecía que no iba con nosotros.

Casi de repente, como una explosión que nos sorprende pero que algunos prevén, voló por los aires todo lo que hacía que nuestras vidas siguieran su curso con esa monotonía que hoy añoramos: trabajo, familia, amigos, vecinos, costumbres, aficiones y divertimentos,… 

Como seres sociales que somos, este confinamiento nos ha privado de esa característica que nos diferencia del resto del mundo animal, hoy relegada al pobre contacto que con frecuencia supone una llamada telefónica o una videoconferencia, especialmente a los que llevamos en nuestros genes esa cordialidad mediterránea. Unos pocos metros hasta la casa de la novia, los padres, los hermanos, los amigos, hoy parecen ser años luz. 

Todo me resulta extraño y me niego a asumirlo. 

Aún así he de confesar que me considero afortunado: puedo desplazarme a diario hasta mi huerto (los naranjos y las verduras no entienden de confinamientos) a realizar las labores que en esta época son necesarias para salvar cosechas. En esa soledad del campo, aunque acompañada por el continuo zumbido de las abejas, que siguen su labor de polinización como obreras esenciales que son, y el canto de los pájaros, siento como si disfrutara de un “tercer grado”. Pero es allí donde todo esto me resulta más extraño.

A diario se sale al balcón a aplaudir a quienes con su labor, loable y no exenta de riesgo para ellos y quienes con ellos conviven, luchan por atender a quienes han caído en las garras de esta pandemia. Algunos vecinos hacen sonar músicas de toda índole con la intención de alegrarnos en nuestro confinamiento. Continuamente vemos en televisión o en las redes sociales videos de cómo la gente intenta divertirse sin salir de casa. Oímos repetidamente ese “Resistiré”, casi olvidado, como un himno de combate… Todo esto me resulta muy extraño. A veces me da la impresión que hay quien pretende convertir todo esto en una fiesta para olvidar que realmente estamos viviendo la peor tragedia de nuestras vidas. 

En este momento, oficialmente,  14.656 personas han perdido la vida. Otras tantas familias o más están destrozadas. Sí, muchas más familias son las destrozadas, porque tampoco quienes pierden a un familiar o amigo por causas distintas al COVID-19 pueden despedir al ser querido ni compartir el duelo. 

Todo esto me resulta tristemente extraño. Hasta diría vergonzosamente extraño. 

Entre  aplausos, canciones, videos y demás demostraciones de júbilo no ha habido tiempo para minutos de silencio, banderas a media asta, duelos compartidos, funerales y en muchos casos ni la mano de un buen hijo para cerrar los ojos del finado. 

Ahora más que nunca recuerdo aquel verso de Gustavo Adolfo Béquer:

“…QUE SOLOS SE QUEDAN LOS MUERTOS!”

Las circunstancias han hecho que se queden más solos que nunca, por eso espero que los recordemos también como nunca.

Bernardo Costera

28.
¡Hola Familia!

Mi nombre es María. Antes de que ocurriera el confinamiento, vivía asustada. Intuía que algo iba a pasar. Veía el mundo -a los Humanos- desbocados de egoísmo, del mí, Yo. Poniendo el foco en las cosas superfluas, olvidando lo esencial. 
Me dolía el corazón de ver sucio el planeta, nuestra Casa -amada Madre Tierra- con contaminación, plásticos... Me asustaban los gobernantes de las naciones, porque temía nos llevaran a una Tercera Guerra Mundial. 
Y de repente... todo se para. Me quedo sola en casa. Pienso sobre el por qué de esta situación, que si algún país, gobierno, con intenciones egoístas por afán de poder y dominio ha creado el virus. Entro en un bucle que no tiene sentido, hasta que a través del silencio interior, siento la gran importancia del pensamiento y el poder de la palabra.
Y comienzo a ver esta situación como la oportunidad de mirarme a mí, y la gran oportunidad que tenemos todos de parar y corregir porque, casi siempre, nos es más fácil culpar al otro de todos los males, cuando todo comienza por uno mismo.
Entonces, en esa situación me doy cuenta de que puedo sanar, liberar, purificar, redimir lo que me haga falta sanar.
De repente, ya no tengo miedo. Todo cobra un sentido diferente. Tampoco tengo que juzgar porque todos estamos enfermos de la enfermedad, de los miedos, del egoísmo, etc.
Me doy cuenta de la importancia de vivir en humildad, calma, serenidad... De la importancia de vivir conectados al Yo Superior y crear, siendo creadores a través de nuestros pensamientos. Pensamientos puros, limpios... crear un mundo nuevo, consciente... mucho más consciente.
De cada uno de nosotros depende. Y quisiera terminar esta reflexión con esta hermosa frase de la Maestra Espiritual Amma. Ella nos decía: "Todos formamos parte del mismo collar, unidos por las perlas del Amor".
Que nos e nos olvide.
Muchísimas gracias por existir y ser.
Un afectuoso saludo en unidad y profundo amor.
Felicidad, Luz, Paz y Amor a todos los seres.
Namasté.

María

29.

Hoy, llevamos ya 4 semanas encerrados en casa. Estoy en segundo de bachiller y, cuando en las noticias se nos informaba de que el virus estaba cada vez mas cerca y que ya en algunos países se habían cancelado las clases y prohibido salir a la calle, nosotras lo comentábamos en clase y lo último que pensábamos es que a nosotros también nos iban a cancelar las clases. Hasta que ese día llegó, no sabíamos qué hacer, qué iba a pasar con nosotros, con los exámenes, con la selectividad, encima no nos pusieron fecha de vuelta pero lo único que nos decían los profesores era que tuviéramos paciencia y no nos agobiáramos, que ellos nos irían informando de todo y seguiríamos dando clase. Y así fue, el último día de clase nos explicaron como íbamos a dar clase los horarios que íbamos a tener y cómo debíamos organizarnos.
Sinceramente, me agobié más la primera semana de pensar todo lo que nos venía encima que ahora, 
me he dado cuenta que hay muchas cosas que se pueden hacer en casa. Por las mañanas tengo clase todos los días. Nos conectamos con los profesores mediante una aplicación por videollamada y ellos nos van explicando, avanzando temario, nos mandan ejercicios y hasta hemos hecho alguna prueba de examen.  Normalmente, suelo terminar las clases a las 2 y, entonces, descanso hasta que la comida esta hecha. Después de comer hay días que hago siesta y días que no, depende lo cansada que esté o otros días me subo a la azotea para que me de el aire. Todos los días a las 7 de la tarde hago videollamada con una amiga y las dos nos ponemos el mismo video de YouTube, así hacemos el ejercicio juntas, es mucho más entretenido y cuesta menos. Y por supuesto luego a las 8 el aplauso a los sanitarios no puede faltar y más yo que vivo enfrente del ambulatorio y todos los días salen los médicos a darnos las gracias mientras les ponemos la canción de resistiré, este momento también me gusta mucho, ya que sale toda la gente a los balcones.
Y por último, luego de cenar siempre es buen plan ver una serie o hacemos videollamada todas las amigas y estamos divirtiéndonos y, sobre todo, nos reímos un montón y lo pasamos súper bien.
A pesar de todo esto, tanto profesores como alumnos seguimos preocupados por saber si haremos el selectivo o no  y, por otro lado, estamos un poco tristes porque este era el último año del colegio, en el cual el año que viene cada uno estará en un sitio y nunca más podremos volver a estar juntos en clase. Teníamos preparado un viaje de fin de curso al acabar el selectivo que estábamos súper ilusionados preparándolo y ahora ni siquiera sabemos si vamos a poder ir. Además, teníamos la graduación y la cena el día 29 de mayo y ahora tampoco vamos a tener graduación. No nos mola nada, ya que esperábamos despedir el curso de la mejor manera posible y estar todos juntos, ya que como he dicho antes, no volveremos a estar juntos más, aunque la amistad perdurará para siempre.
Pero si de una cosa estamos convencidos es de que cuando pase todo esto, haremos una cena y una graduación como nos merecemos porque como dice el dicho, más vale tarde que nunca.
Solo nos queda tener mucha paciencia y que nos vayan informando sobre las medidas que tomen en la educación.
Saldremos de esta y por fin podremos salir a la calle, darles unos abrazos gigantes a nuestros amigos y muchos muchos besos a nuestra familia que yo también los echo mucho de menos.

Laura








1 comentario:

  1. El escondite nos encantaba, si nos dejaban los adultos.El buen escondrijo daba seguridad pero tambien un poco de miedo, así estamos ahora pero pasarara. Hace una buena tarde para jugar al escondite.Cuidaros,besos

    ResponderEliminar

¿Quieres dejar aquí tu opinión?

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...