46.
Para mí la cuarentena ha sido agridulce. Al principio fue
bastante duro.
Nos tuvimos que acostumbrar a estar 24h juntos, con horarios
dispares y una hija de 2 años. Nuestras diferencias afloraron sin dificultad -aún
a día de hoy nos cuesta resolverlas- estuve durante una semana y media bastante
fastidiada, tomara lo que tomara no me hacía efecto.
Lo más duro fue el no poder
descansar, el agotamiento físico, el malestar... solo quería estar tranquila para
poder dormir. Cualquier mínimo esfuerzo me quitaba el aliento. Esperé durante
días la llamada del médico. Nunca tuvo lugar. Decidí ir al ambulatorio cuando mi
hija empezó con tos seca, por suerte solo le duró dos días. Solo pudieron
decirme que mientras no me ahogara -literalmente, yo o mi hija- no podían hacer
nada. En ese caso tendría que acudir a urgencias o al ambulatorio.
La
incertidumbre de cuánto debes ahogarte para que te atiendan fue dura o si
desembocaría en una faringitis o algo así. Me dijeron que seguramente seria
Covid-19 por los síntomas que presentaba, pero que no tenían test para hacer.