sábado, 4 de abril de 2020

20. Crónicas de un encierro involuntario.

20.


TERAPIA DE LIMPIEZA POR FUERA Y POR DENTRO

Me gusta referirme a esta situación como una liberación más que como un encierro. Una liberación de quehaceres aparcados en un rincón con la promesa de hacerlos “cuando tenga tiempo”; de la acumulación de recuerdos que ya no forman parte de mi presente y sin darme cuenta, me pesaban y ocupaban espacio; de papeles, escritos, anotaciones… sin un sentido hoy en día.
Parto de la base de ser una persona casera, que disfruta de estar en casa sin que se me caiga encima. Siempre he encontrado la forma de disfrutar en ella, sola y con mi pareja. Por ello, no me agobio ni me aburro por no poder salir. Estoy aprovechando esta situación extraordinaria para utilizarlo como una terapia de limpieza en muchos sentidos: de la casa en general (tareas domésticas, ropas, armarios, …) y de mí misma en particular (cuidándome y queriéndome, dedicándome tiempo con eso que me hace sentir plena… leyendo, meditando, haciendo ejercicio o simplemente disfrutando de cada momento, de cada mirada, de cada risa con mi chico).

Estoy completamente convencida que todos vamos a salir con un gran aprendizaje de todo esto. Primeramente, nos conoceremos más a nosotros mismos ante algo imprevisto e impensable, nos enfrentamos a nuestros miedos, inseguridades y debilidades. Siempre nos estamos quejando de esa falta de tiempo para hacer o dejar de hacer tal o cual cosa… bien, ahora lo tenemos. Es el momento de ser flexibles, solidarios, capaces de aplazar momentos, situaciones, besos, abrazos, celebraciones, … Y darnos cuenta que podemos hacerlo TODOS.
Si, es cierto, toda esta pandemia también trae esa otra parte negativa que no podemos ignorar, la de las muertes, la de los hospitales y personal sanitario desbordados, la paralización de tantos trabajos, la de las calles vacías, la del miedo en la mirada de la gente… pero también de todo esto sacaremos aprendizaje.
De esta situación quiero compartiros el vivir en primera persona el contagio de mi hermano, de sufrir desde la distancia el no poder estar con él. En un principio pensé en lo peor, pero afortunadamente está pasándolo en casa, con momentos difíciles de malestar, pero ya recuperándose. Él me ha demostrado la importancia de afrontarlo de manera positiva, sin dramatizar, sin dejarse llevar por el miedo pero también sin bajar la guardia.
¿Y qué me enseña todo esto? Me confirma lo que tengo claro hace mucho tiempo: La actitud ante cualquier situación te hace vivirlo mejor o peor, sacar lo positivo o quejarte y renegarte. 
Tú decides, en tu mano está. 

SIL

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