jueves, 12 de abril de 2012

SOBRE LA INFIDELIDAD

Infidelidad

Según su significado el concepto de infidelidad puede referirse a:
  • Engaño que consiste en tener relaciones sexuales con una persona distinta de la pareja habitual: muchos divorcios tienen como origen la infidelidad conyugal.
  • Incumplimiento de un juramento o de una promesa, deslealtad.
  • Condición de la persona que defiende ideas religiosas contrarias a los dogmas y a la fe de una doctrina religiosa.
      En este caso vamos a referirnos más explícitamente a cómo funcionan los mecanismos de infidelidad en la pareja y cómo afrontar la situación en caso de que suceda en nuestras vidas.
      La fidelidad es una de las cualidades más valoradas en una relación de pareja y la sospecha o evidencia de infidelidad es, en muchas ocasiones,  motivo de ruptura.
     Según las teorías evolucionistas, los hombres están programados para desear una gran variedad de parejas sexuales y el hecho de mantener una relación exclusiva de forma prolongada, le suele agudizar ese deseo de buscar la variedad sexual, mientras que las mujeres están programadas para concebir hijos del mejor hombre y mantenerle a su lado con el objetivo de sacar adelante su descendencia. Este proceso puede repetirse en la medida que se pierde la atracción original y se busca un mejor postor y comenzar un nuevo ciclo. Es decir, la mujer busca dos roles en el hombre: el de amante y el de proveedor. Un hombre en una relación tiende a perder progresivamente el rol de amante y permanecer únicamente en el rol de proveedor. Por tanto la mujer irá a buscar en otra parte la emoción del rol perdido de amante. Nuestros instintos naturales explicarían el por qué y en qué se diferencian hombres y mujeres en este tema.
     Cada uno de los sexos considera que puede haber un grado natural de infidelidad en la pareja que formaría parte del juego. El hombre entiende que la mujer suspire por el actor de moda en su interés por conquistar esa perfección del mejor "hombre" inalcanzable y la mujer entiende que el hombre mire a otras mujeres que puedan resultarle atractivas.
     El problema ocurre cuando pasan otro tipo de muestras no naturales diferenciadas de  lo que sería considerado infidelidad. Si la mujer coquetea con otros o le tocan físicamente, puede llevarle al hombre, evolutivamente hablando, a temer criar hijos que no son suyos. Si el hombre atiende o confía más en otra mujer que en ella, evolutivamente hablando, le podría significar menos recursos y tiempo para ella y su prole.
      La infidelidad del hombre es física y la infidelidad de la mujer es emocional.
      Cuando dos personas entran en una relación, se establece un pacto entre ellas. Estar en una relación daría, supuestamente, estabilidad a la crianza de los futuros hijos y evolutivamente esto supondría un beneficio. Hasta aquí la teoría evolucionista.
     Una relación, vista como un intercambio justo, en la que hay un equilibrio en lo que se da y en lo que se recibe, puede llegar más lejos que cada una de las dos personas por separado. En una relación puedes tener proyectos de futuro, se puede planear la vida en común. Pero una relación en la que este equilibro no es equitativo deja de tener este sentido y se convierte en una ligadura sin sentido por parte de uno de los dos hacia el otro. En el momento en que una persona está más preocupada por el mantenimiento del pacto en sí, y no del objetivo, del fín último de la relación, ésta se convierte en una mera fachada social, hueca por dentro que predispone a la insatisfacción -con las consecuencias que ese sentimiento puede conllevar para el mantenimiento del compromiso de fidelidad implícito inicialmente en el pacto-.
     En muchos de los casos en los que las personas son infieles, lo son cuando la relación no alcanza sus expectativas, es decir, están buscando algo en la pareja que ésta no es capaz de ofrecerles. La solución, en vez de basarse en el diálogo, es una salida aparentemente más fácil o cómoda: la infidelidad.
    Una persona que normalmente sea fiel, puede llegar a ser infiel por determinadas circunstancias como problemas en la relación, pérdida de atracción por su pareja u otras circunstancias personales.
    Descubrir la traición de la pareja resulta una experiencia dolorosa y avergonzante ya que se ponen en juego los valores que están dando consistencia a la relación: confianza, sinceridad y respeto.
    Perdonar o no una traición depende de la persona y del tipo de relación que existe. En el caso de las personas que deciden perdonar (pero no olvidar), la infidelidad suele ser un arma arrojadiza muy frecuente en las discusiones, que puede desgastar más todavía la relación.
     Lo ideal sería que permanezca fiel a la relación controlando cualqueir tipo de atracción pero la desconfianza surge cuando no sabemos cómo va a funcionar nuestra pareja o si siempre va a pensar del mismo modo. Lo que resulta ético para uno puede no serlo para otro.
    Generalmente pensamos que la persona infiel es la única culpable, sin embargo, la infidelidad es el resultado de la crisis de una pareja, pues quien es infiel lo hace porque busca en otra persona cuestiones sexuales, emocionales o intelectuales que su pareja no le da y que estas razones normalmente intentar satisfacer carencias en la relación.

Las razones más comunes que acaban en infidelidad:


1. Sentimientos devaluadores: finalizada la idealización del enamoramiento, confrontamos con la pareja real que con sus conductas defraudan nuestras expectativas. Nos podemos sentir apartados de los objetivos comunes, etiquetar al otro de egoísta al centrarse más en sus objetivos personales o sentirnos poco valorados o deseados.
2. La rutina: descuidar el tiempo común, bajar la frecuencia de detalles afectivos o amorosos, el distanciamiento, el aburrimiento... puede hacer que la pareja pierda su encanto inicial. Una pareja en estas condiciones se puede venir abajo cuando aparece una tercera persona que nos envuelva con el misterio y riesgo que carece nuestra relación.
3. Una vida sexual insatisfactoria: con una baja frecuencia de encuentros íntimos, anticipar siempre lo mismo que hace  que se pierda lo estimulante del momento, si es preparado y pierde espontaneidad, si no se busca el placer del otro, si es puro acto mecánico, si no hay placer o incluso hay dolor, si no se atienden las necesidades del otro...
4. Si se busca la sensación del juego de la seducción: cuando existe una necesidad de seguir sintiéndose enamorado y se busca experimentar con otros.
5. Falta de libertad: Cuando la pareja es asfixiante o nos da pavor perder nuestra independencia y quedar atrapados en una relación, intentamos sentirnos libres cometiendo actos de infidelidad.
6. Alarde de poder: Por haber obtenido poder, dinero y una posición social, hay quienes sienten que se han ganado el derecho a tener un mayor potencial sexual con el sexo opuesto.


     Solo podemos decidir por nosotros mismos. Solo podemos decidir nuestra fidelidad y no la del otro.
     Lo máximo que puedes hacer es cuidar la relación haciéndolo lo mejor que sabes y ahí radica tu responsabilidad. Lo que haga la otra persona solo depende de la otra persona.
     Por muy posesivos que seamos, nadie es de nadie. Por mucho miedo que se tenga a la pérdida y la soledad, la fidelidad no curará tus necesidades e inseguridades.
     En una relación  lo mejor para uno mismo es dejar de preocuparse por esto. Hay muchas parejas que tienen el suficiente autocontrol para valorar si es beneficioso para ellos romper con su compromiso y sus valores morales internos y a pesar de tener la posibilidad, deciden no dar el paso de romper una relación con futuro por el simple echo de sentirse atraídos puntualmente por otra persona.


    Una relación es útil para plantearnos metas y proyectos a corto y largo plazo, dentro y fuera de ella, no para estar obsesionados esperando que ocurra una ruptura de ese pacto implícito a la relación. La relación funciona cuando tu pareja te atrae, te gusta física y personalmente, con la que conectas en profundidad y actúas de forma congruente generando un sentimiento de confianza y afecto. Cuanto más seguros nos sintamos, más confiaremos en nuestras decisiones y menos pensaremos en situaciones que no han ocurrido aún. En caso de haber ocurrido nuestro discerniemiento nos ayudará a decidir si queremos continuar y cómo hacerlo.
    Superar la crisis dependerá de la forma en que podamos comunicarnos como pareja de adultos que hacen frente a un problema común.

2 comentarios:

  1. Buenas Rosa.
    Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que has expuesto anteriormente. Para mi una de las principales razones para "poner los cuernos" a tu pareja no es otra que el simple aburrimiento. Lo cual incluye un poco de todos los puntos anteriores.

    Como gay que soy, me gustaría leer este mismo articulo con una orientación totalmente homosexual.

    Una pareja de lesbianas, ¿serían totalmente fieles?, y por el contrario, ¿como sería una pareja gay masculina? Desde el punto de vista evolucionista, no me gustaría ni imaginármelo.

    Un saludo. Lendínez.

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    1. Hola Lendínez!
      En realidad hablo de la infidelidad con caracter genérico en el mundo de la pareja. No marco las diferencias sobre este tema según la orientación sexual de los integrantes porque me refiero a una pareja establecida como tal, sin importar que sean homosexuales o heterosexuales. Creo que en la pareja, donde el compromiso a nivel personal, el amor y los proyectos de futuro no son más que puro impulso pasional (que no digo yo que no esté bien, pero que no haya solo eso...) resulta más complicado y menos sostenible en el tiempo, la fidelidad, cuando todos estos factores no están.
      A la larga, que no haya un respeto al otro y a la propia relación, que uno solo mire sus propios impulsos a satisfacer, que la relación sea egoísta...y que no se pueda llegar a términos donde el comunicarse y establecer una negociación efectiva sea eficaz, puede generar una mayor predisposición a la infifelidad.
      Depende de muchos aspectos tanto personales como educativos y la decisión solo recae en el que elige ser infiel conscientemente. Cada pareja es un mundo. Incluso hay parejas de tres. Pero, exceptuando los porcentajes menores, quien busca una relación a largo plazo se va a encontrar con estos factores y ahí su decisión será importante para mantenerse fiel a su pareja o a sí mismo, según cómo sea la persona y lo que realmente le importe. Luego hay miles de variantes.
      Así, creo que en base todos funcionamos del mismo modo si hablamos de amor a largo plazo, con las particularidades de cada uno. En otro tipo de relaciones ya partimos de la base que el otro no me importa y, si es así, tampoco me importará ser infiel.

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