lunes, 24 de diciembre de 2012

Este año regala VALORES!



En esta sociedad de consumo en la que estamos inmersos desde hace muchos años, se ha hecho lo posible por convertir cualquier festividad tradicional, importada o creada para la ocasión, en una suculenta porción de tarta donde todo comercio quiere llevarse la mayor parte del consumo. Así, el detalle o el compartir se convierte en una demostración competitiva del "yo quiero, yo tengo" que no lleva más que a un bombardeo de regalos materiales que solo pueden hacer sonreír un corto espacio de tiempo, en lugar de regalar valores que hagan felices para siempre.
Estamos en una sociedad que se equivoca al mostrar un valor predominante en aquello material que se mezcla con lo emocional hasta el punto de confundirse y fijar el punto de vista solo en lo superficial de lo perecedero.

El niño educado en este tipo de "necesidades creadas" se convertirá en el adolescente poderosamente influenciado por las amistades, que presionan para crear una identidad definida y que, en muchas ocasiones, hasta que se descubren a sí mismos y sus limitaciones, se enfocan en aquello superficial que es aceptado por los demás y que les permite "sentirse integrados" y necesitados de "tener para ser".
Como forma de apaciguar su rebeldía, el adulto en un acto de comprenderle, le da todo aquello que desea porque cree que así tendrá lo que necesita y se olvida de cosas tan sencillas como dar un abrazo. 
El niño y el joven que son abrazados aprenden con facilidad que una caricia cura una herida y que la exigencia no está en las cosas sino en el respeto a uno mismo. El joven necesita ser amado y aceptado y eso no se consigue a base de grandes o caros regalos.
Los adultos piensan que si no se regala lo que se espera o lo que se pide, sea cual sea su valor, el niño, el joven o la persona que recibe el regalo se va a sentir muy decepcionada, cambiará su humor y estará irritable y no se sentirá querido.
Regalar lo más caro, lo último, lo más chic, lo moderno, la marca... ¿realmente piensas que no hay otra alternativa a la mitad de tu sueldo? ¿te presiona que otros ya "lo tengan"? ¿el esfuerzo y el gasto merece la angustia y la presión por la "obligación" de darlo? ¿tu hijo o esa persona cree que no importa el coste porque esa es tu obligación y está en su derecho de exigir? ¿estás dispuesto a confundir el afecto que das con los objetos materiales que regalas? ¿con más y mejores regalos más crees que quieres?...
Si respondes a muchas preguntas que sí, sé consciente de que estás creando a tu alrededor seres insaciables, desagradecidos y demandantes que no agradecerán tu esfuerzo. Hoy en día, desgraciadamente, nos estamos habituando a un nivel de consumo que educa a las nuevas generaciones a "tener" y a igualar los sentimientos con las adquisiciones materiales. Evidentemente, esto no nos hará más felices.

Cuando se educa en valores -amor, aceptación, compasión, humanidad, responsabilidad, constancia, comunicación, aprecio, solidaridad, empatía, respeto, honestidad, paciencia, tolerancia, flexibilidad, límites claros, solidaridad, comprensión, escucha y diálogo, serenidad...-, el educado tiene más herramientas para utilizar en la enorme ola de pequeñas y grandes decisiones que ha de tomar en su vida cotidiana. ¡Este sí es un gran regalo!
En estas fiestas el mejor regalo que puedes dar es el de compartir tus sentimientos, tus ilusiones, anhelos, es decir, el mejor regalo eres tú mismo. 
Estar vivo y poder compartir esta vida es ya el regalo.
Por todo esto, no te obsesiones con una enorme y larga lista de cosas, la vida tiene muchas más sorpresas. Cuando regales ten en cuenta estos consejos:
  • Piensa en los deseos de tu corazón. Un regalo que siempre será valioso es lo que das desde dentro: tiempo, amistad, alegría...
  • No compres en exceso, piensa en lo que el otro necesita o quiere de verdad.
  • Regala algo que ayude a cuidar cuerpo y mente.
  • No te intereses solo por dar grandes regalos. A veces un regalo valioso puede ser una tarjeta con un dibujo, un poema, una cajita de chocolates, una invitación a pasar un rato juntos... todo creado por ti.
  • Regala muchos abrazos, amor y comprensión. Regala perdón, y escucha con atención. Una palabra de ánimo, una sonrisa, una mirada atenta todos son buenos regalos.
  • Regala ayuda desinteresada o compañía a quien esté solo.
  • Regala lo que no usas a alguien que lo necesite.


¡Por favor, regálame un VALOR!

2 comentarios:

  1. Hola Rosa. Como paciente tuyo, he sido testigo de tus muchos conocimientos y habilidades profesionales; no obstante, lo mejor de todo ha sIdo tu calidad humana. Me he sentido, sobre todo, respetado en todo momento, cosa que no recibes siempre cuando tienes problemas. Por eso, quiero que sepas que lo de regalar valores es algo que tú predicas con el ejemplo. Es algo que quería hacerte llegar. ¡Feliz 2013!.

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  2. Muchas gracias Javi! Ya sabes que quien identifica cualidades en otro es porque él mismo las posee. Así, se aprecian del mismo modo. Gracias por el elogio y mucha felicidad también para ti en el 2013. Un abrazo!

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