Así, un reciente estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y publicado en la revista científica ‘The Journal of Sexual of Medicine’, revela que, en una muestra de 4.600 jóvenes de 15 a 25 años que vivían en los Países Bajos, el 88% de los varones y el 45% de las mujeres habían visto material sexualmente explícito a través de internet, revistas, vídeos, televisión, y/u otros medios, en los últimos 12 meses.
“Los estudios publicados en relación al consumo de material pornográfico en Europa, realizados en los últimos años, no arrojan diferencias significativas entre los distintos países”, asegura el doctor. Pero en cambio, donde sí aparecen diferencias es en EEUU. Cerca del 95% de los varones de este país reconoce consumir pornografía, según un estudio publicado en 2011.
Los responsables de esta investigación aseguran que existe una asociación directa entre el consumo y los comportamientos sexuales futuros de los jóvenes, pero que sólo es un factor más a añadir entre otros muchos.
Por su parte, Rosa Collado asegura que esta relación directa se debe a que los medios de comunicación actúan como modelos de comportamiento. “En ocasiones, sólo buscará algo que le ayude a desarrollar su fantasía y lo utilice como potenciador de su deseo. En otras, se formará una idea de lo que ve y que si no cuestiona puede alterar su propio criterio y comportamiento de adulto”. Pero no hay unos motivos ni un perfil concreto que determine cuándo, cómo y por qué empiezan a consumir los adolescentes este tipo de contenidos eróticos. Tan sólo es por pura curiosidad.