miércoles, 25 de marzo de 2020

9. Crónicas de un encierro involuntario.

9.


A 350 Km

Primero que nada quiero expresar mi apoyo incondicional a todas esas mujeres que en estos días de confinamiento están conviviendo con su maltratador. No quiero pensar cómo lo estarán pasando con su agresor porque, hacerlo, me enfurece. Empatizo con su miedo, desasosiego y soledad. Creo que ya saben que hay un teléfono de emergencia 112 para tratar el acoso y el maltrato al que puedan estar sometidas aunque, aún así, no dejo de pensar en las personas que puedan estar en esta escabrosa situación.
Hoy es el noveno día de confinamiento de obligado cumplimiento, decretado por el Estado. En mi humilde opinión, creo que no han estado a la altura y les ha venido grande el tema del Covid-19, esta pandemia que ya afecta a todo el mundo.
Creo que no nos han informado debidamente de la magnitud del problema real, que sabían que había y que podía acarrear todas estas consecuencias y parece "que nos ha pillado por sorpresa", con sanitarios sin la debida protección, gente yendo igualmente a trabajar... en fin.
Esperemos no muera mucha gente, sobre todo esas personas desprotegidas y desvalidas que son nuestros mayores, a quienes admiro profundamente.
Como comentaba, después de nueve días de confinamiento eso de quedarnos recluidos en casa, de obligado cumplimiento no sienta nada bien, porque te priva de la libertad de no poder salir a tomar unas cervezas, pasear, hacer deporte... cosas cotidianas que se suelen hacer en el día a día, pero es bien sabido por todos que es por una causa justa y de salud.
Un aplauso a todos aquellos profesionales de la sanidad pública, transportistas, policía, comercios y sobre todo los pequeños comercios, y fuerzas del Estado que están haciendo que esta situación adversa que sea algo más llevadera.
En estos nueve días confinado, te vas dando cuenta que tampoco se llevan tan mal -siempre y cuando no tengas a la persona amada a 350km ya que, de momento y por cuestiones de seguridad se tiene que respetar el protocolo-. Añoro los besos, las caricias y abrazos y el afecto compartido.
Y este vacío se suple gracias a la tecnología que facilita -a través de las videoconferencias y aplicaciones- las conversaciones y el poder ver a mi amor. 
Nueve días en los que puedes disfrutar de esas charlas profundas con tu pareja, tus hijos adolescentes, tus padres o simplemente contigo mismo que, por cuestión de tiempo, trabajo o estrés, no tenías. 
También está siendo importante disfrutar de mi casa, de poder ordenar cajones o la cocina, en la que no sabes dónde poner determinados utensilios por falta de espacio... Esas pequeñas reparaciones que hace meses tenías en mente o la redistribución de muebles, ahora es el momento de retomar esos menesteres y, si es en compañía, muchísimo mejor. ¡Cómo te puede cambiar la vida en cuestión de minutos! Tener previsto de muchos meses atrás un planning y de un plumazo ¡zas!, cambio de planes. Se producen las cancelaciones de viajes, hoteles, reservas de ocio... todo se va al garete. 
Esto nos coloca "con los pies en la tierra" y la vida te enseña a valorar esas pequeñas cosas a las que no damos importancia o simplemente no tenemos en cuenta por su cotidianidad. 
Y creo profundamente que, después de este paréntesis, vamos a disfrutar mucho más de esas copas con los amigos, esos paseos por la montaña o la playa, esos abrazos y besos con personas que hacía meses que no veías... todo lo que hacíamos sin percatarnos de lo que teníamos y que ahora echamos de menos. 
Mientras se prolongue la espera, habrá que saber estar en casa lo más relajados posible y haciendo caso a las advertencias y transformando la adversidad en una ventaja. Aprender a estar en calma y tener una percepción más minuciosa de las cosas. Saber identificar nuestras actitudes más egoístas y cambiarlas por otras más empáticas, cercanas y que potencien la colaboración entre los seres humanos, porque todos somos iguales.
Hablo de egoísmos al referirme a aquellas personas que se miran el ombligo y entran en pánico por la necesidad de tener más que los otros o que no les falte de nada mientras otros se quedan sin lo necesario básico. O de aquellas empresas multinacionales que, a pesar de no tener medios de protección para sus trabajadores, siguen obligándoles a que vayan a su puesto de trabajo y cumplan con su jornada laboral, a pesar del temor al contagio. O de aquellos que salen en múltiples ocasiones de su casa con cualquier excusa sin pensar el riesgo que conlleva este tipo de acciones diarias... todos aquellos que miran muy poco para que esta pandemia pare.
Me gustaría que la gente se quedase en casa y saliese solo para las necesidades básicas y al hacerlo, que sea con prudencia. Porque nosotros no tenemos idea de lo que es un virus y si hablan de quedarse en casa, será para prevenir más contagios y que esta situación revierta con rapidez. Eso es una acción cívica que piensa en los otros y que recae en el beneficio de todos. Seamos solidarios y conscientes porque esto nos afecta de forma global, porque no pensábamos que pudiese llegar a lo que estamos viviendo. Ya no es una simple gripe. Es una pandemia que se ha extendido -de forma muy contagiosa- y que todavía no sabemos hasta dónde llegará ni cómo va a afectarnos en los próximos meses y años.
Esperemos que no pase mucho tiempo para volvernos a ver, besar y abrazar porque lo cotidiano es lo realmente importante. La vida es muy bonita y depende de cómo la vea cada uno. En estos momentos, tener una actitud optimista hace que se aprecie lo que está, aunque haya que adaptarse al cambio, y uno deje de enfocarse en las carencias.


¡Ánimo a todos! 

Vin

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Quieres dejar aquí tu opinión?

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...