martes, 17 de marzo de 2020

UN DÍA CUALQUIERA (POR RAQUEL MORALES)



Me siento confusa... me muevo en arenas movedizas... Tengo la impresión que en cualquier
momento al dar un paso pueda caer y volver atrás... y me confunde porque me da un poco de miedo,
pero a la vez siento que aunque vuelva a sufrir estoy segura que los sentimientos de pérdida, de
soledad ya no serán los mismos... Esa intensidad de dolor, de angustia, de tristeza han desaparecido...
Por supuesto que están ahí… claro...! Me acompañan constantemente pero ya no caminan conmigo,
no van a mi lado, no mantienen el mismo paso. He conseguido que me sigan de lejos, como si de mi
sombra se tratase... me persiguen donde quiera que voy pero no dejo que se pongan a mi altura y
menos aún que me adelanten...
A veces, tengo que mirar hacia atrás para saber que están ahí, otras veces, siento que su respiración
toca mi hombro pero poco a poco, voy subiendo un peldaño de esa escalera en la que se ha
convertido mi vida y todos esos miedos se van quedando atrás...
Es una sensación extraña la que estoy teniendo esta semana...
Podría decir que apenas he tenido
momentos de sufrimiento extra, que por fin mis lágrimas duermen en mis ojos y que esa ira poco a
poco se está volviendo transparente. Pero a la vez siento como si me faltara algo, como si a pesar
de mi duelo la rueda de mi vida siguiera girando, y ya no puede parar y entretenerse en mi mente
para esperar una respuesta, ella gira y gira y yo la voy acompañando porque quiero saber qué hace,
donde va y a que se dedica en cada momento y siento que ese duelo que me ha hecho vestir de
negro durante este tiempo se pone celoso porque ya no le presto tanta atención, porque ya
empieza a no ser el centro de mi vida, porque intuye que va a desaparecer y todo ha sido cuando
ha visto que me desnudaba para cambiarme de vestido.
No es un vestido cualquiera, es un vestido cómodo, sencillo y elegante... es la combinación de la
seguridad y la dulzura, de la inquietud y la calma, de la serenidad y firmeza... Aunque confieso que
con algún toque de inseguridad…
Y me gusta, me siento guapa con este vestido, me favorece y hasta me realza la figura.
Decididamente no quiero vestir de negro más, porque quiero mezclarme entre la gente y pasar
desapercibida, ser una más que camina por la calle sin sentirse observada , con sus fortalezas y
debilidades, con sus alegrías y sus tristezas, ya quiero dejar de ser ese punto negro entre el color.
Empiezo a ser yo misma, con esfuerzo y tesón empiezo a conseguirlo. Estoy descubriendo a una
persona que me gusta, a recuperar partes del pasado que abandone hace tiempo, a una mujer que
es más fuerte de lo que se pensaba, a un ser capaz de emprender un sueño.
No hay que abandonarlos, los sueños, son parte de nuestra vida, de nuestra ilusión, de nuestro
esfuerzo... yo deje de soñar y viaje a un lugar de pesadillas donde cada intento por imaginar soñar se
convertía en una ola de tristeza y pensamientos negativos.. Ante esa tesitura con la que no podía
luchar deje de soñar y ahora que cada noche cuando me acuesto comparto mi cama con ellos, con
los sueños y siento que me arropan y protegen en la oscuridad, que me susurran optimismo cuando
me ven triste, que me cantan con voz dulce para que cierre los ojos y duerma quiero seguir soñando
y sobre todo quiero hacer realidad algunos de ellos, los que pueda y los que no seguirán conmigo,
formando parte de mi vida, de mi día a día…
Quiero seguir disfrutando de mi hija, de su infancia y del camino que venga después... jugar, reir y
educar... educarla en unos valores llenos de ingredientes para que sea una gran persona en su
presente y en el futuro... educarla en la fuerza y la confianza en si misma, educarla en buscar sus
sueños y luchar por ellos, educarla en la sinceridad y honestidad con los demás y con ella misma.
Quiero seguir viviendo cada dia con la gente que me rodea... mis amigos... ellos han hecho que cada
momento de sufrimiento fuera menos duro, que cada minuto de soledad pudiera ver mi WhatsApp
repleto de corazones y palabras de aliento, que cada mañana al despertar pudiera pensar en ellos y
en lo afortunada que soy... siempre han estado ahí, siempre y espero poder devolverles con creces
su ayuda, su comprensión, su amor, su paciencia... sin ellos aún estaría sentada en mi sofá con
angustia a un lado y soledad a otro... me han hecho llorar, reír, bailar, salir... se han sentado a mi
lado y me han hablado pero también han guardado silencio pero siempre a mi lado. Si de algo
estoy orgullosa en esta vida es de mis amigos, los de siempre, los que han vuelto y por supuesto de
los que han venido nuevos... ahora en estos momentos difíciles donde las personas son personas,
donde el amor es verdadero, donde la paciencia es ilimitada, es en estos momentos, mis momentos,
donde todos y cada uno de ellos me han cogido en brazos para no dejándome caer más y me han
llevado a tierra firme para que ahí junto con ellos pueda caminar sin ningún temor.
Quiero compartir mi vida con mi familia que incondicionalmente siempre me han ayudado, sin
juicios, sin preguntas... siempre ahí, por si me quedaba sin respiración en algún momento,
pendientes, alertas, vigilantes... ellos son mi vida y por lo tanto debo compartirla con ellos porque los
adoro, porque los necesito, porque necesito recuperarme y poder decirles que aun poniéndoles
barreras para que no vieran en mi el verdadero dolor… les debo todo lo que soy.
Es tan simple como que quiero ser feliz.

Raquel Morales

2 comentarios:

  1. sincero , profundo, exacto , impresionante

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  2. No sé qué decir porque estoy impresionada. Pero no entiendo porque tanto dolor. Quizá algún día me lo dirás. Un abrazo fuerte

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